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Salmos diarios, Ciclo I, Año Impar. Explicados
XIX Semana del Tiempo Ordinario
Lunes
Salmo 111
Dichoso el hombre honrado, que se compadece y presta . Dichoso el que, en
cualquier trabajo, busca de corazón a Dios. Dichoso el que, en el ejercicio de
cualquier profesión, busca el bien de los demás.
Dichoso el que se esfuerza en su trabajo, a pesar de las dificultades del
ambiente. Dichoso el que procura construir con su trabajo la civilización del amor.
Por esto, en la Iglesia, ciudad de Dios, se identifica completamente el buen
ciudadano y el hombre honrado. Por lo cual, yerran gravemente los que separan
realidades tan unidas y piensan poder formar buenos ciudadanos con otras normas
y con métodos distintos de los que contribuyen a formar el buen cristiano.
El profeta dice que el hombre honrado "cierra los ojos para no ver la
maldad", manifestando que rechaza completamente cualquier contacto con el mal.
Este hombre honrado, que compadece y presta es dichoso, porque toda persona
disfruta haciendo el bien.
Los hombres y mujeres honrados son dichosos porque viven en Dios y desde
Dios; así, por ejemplo cuando fue presentarlo el Señor, encontramos al anciano
Simeón, que vivía entonces en Jerusalén, era un hombre honrado y piadoso ... Él
tomó en brazos al Niño y bendijo a Dios (Lc 2, 22. 25. 27-28).
Jamás rechazará Dios a su pueblo ni dejará a los suyos sin amparo. Hará
justicia al justo y dará un porvenir al hombre honrado.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)