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Salmos diarios, Ciclo I, Año Impar. Explicados
XIX Semana del Tiempo Ordinario
Martes
Salmo Dt 32
Bendice, Señor, tu pueblo . Porque Dios bendice al hombre, su corazón puede
bendecir, a su vez, a Aquel que es la fuente de toda bendición. En efecto, la
bendición expresa el movimiento de fondo de la oración cristiana: es encuentro de
Dios con el hombre; en ella, el don de Dios y la acogida del hombre se convocan y
se unen. La oración de bendición es la respuesta del hombre a los dones de Dios:
porque Dios bendice, el corazón del hombre puede bendecir a su vez a Aquél que es
la fuente de toda bendición.
Al respecto, el Catecismo de la Iglesia Católica en el 1080, enseña que
“desde el comienzo, Dios bendice a los seres vivos, especialmente al hombre y la
mujer. La alianza con Noé y con todos los seres animados renueva esta bendición
de fecundidad, a pesar del pecado del hombre por el cual la tierra queda "maldita".
Pero es a partir de Abraham cuando la bendición divina penetra en la historia
humana, que se encaminaba hacia la muerte, para hacerla volver a la vida, a su
fuente: por la fe del "padre de los creyentes" que acoge la bendición se inaugura la
historia de la salvacin”.
La Iglesia unida a su Seor y “bajo la accin el Espíritu Santo” (Lc 10,21),
bendice al Padre “por su Don inefable” (2 Co 9,15) mediante la adoracin, la
alabanza y la acción de gracias. Por otra parte, y hasta la consumación del designio
de Dios, la Iglesia no cesa de presentar al Padre “la ofrenda de sus propios dones”
y de implorar que el Espíritu Santo venga sobre esta ofrenda, sobre ella misma,
sobre los fieles y sobre el mundo entero, a fin de que por la comunión en la muerte
y en la resurrección de Cristo-Sacerdote y por el poder del Espíritu estas
bendiciones divinas den frutos de vida “para alabanza de la gloria de su gracia” (Ef
1,6; CIgC 1083)
Señor, Dios nuestro, salva a tu pueblo y bendice a tu heredad; guarda en paz
a toda tu Iglesia: santifica a los que aman tu morada. Tú, en cambio, glorifícalos
con tu potencia y no nos abandones a los que esperamos en Ti. (De la liturgia
bizantina).
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)