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Salmos diarios, Ciclo I, Año Impar. Explicados
XIX Semana del Tiempo Ordinario
Viernes
Salmo 135
Demos gracias al Señor . Con la Eucaristía le damos cumplidas gracias al
Señor, por sus infinitos dones. Principalmente le damos gracias al Señor por el gran
don de la vida y por la redención ofrecida a todos. En efecto, la Eucaristía es una
fiesta de acción de gracias. Nuestra Eucaristía es acción de gracias.
La Eucaristía es „acción de gracias‟, porque en ella el Hijo de Dios une a sí
mismo a la humanidad redimida en un cántico de acción de gracias y de alabanza.
La palabra hebrea todah, traducida por „alabanza‟, significa también „acción de
gracias‟. El sacrificio de alabanza era un sacrificio de acción de gracias (cf. Sal 50,
14. 23). En la última Cena, para instituir la Eucaristía, Jesús dio gracias a su Padre
(cf. Mt 26, 26-27 y paralelos); este es el origen del nombre de ese sacramento.
En el centro de todo lo que Jesús hace y dice, se encuentra la conciencia del
don: todo es don de Dios, creador y Padre; y una respuesta adecuada al don es la
gratitud, a acción de gracias. De esto tenemos varios ejemplos en Jesús por
ejemplo, la oración con motivo de la resurrección de Lázaro: “Padre, te doy gracias
porque me has escuchado” (Jn 11, 41). En la multiplicación de los panes (junto a
Cafarnaún) “Jesús tomó los panes y, dando gracias, dio a los que estaban
recostados, e igualmente de los peces...” (Jn 6, 11). Finalmente, en la institución
de la Eucaristía, Jesús, antes de pronunciar las palabras de la institución sobre el
pan y el vino “dio gracias” (Lc 22, 17; cf., también Mc 14, 23; Mt 26, 27).
Las comunidades cristianas, desde los tiempos más antiguos, unían la
celebración de la Eucaristía a la acción de gracias, como demuestra el texto de la
“Didajé” (escrito y compuesto entre finales del siglo I y principios del II,
probablemente en Siria, quizá en la misma Antioquía):
“Te damos gracias, Padre nuestro, por la santa vida de David tu
Siervo, que nos has hecho desvelar por Jesús tu Siervo...”.
“Te damos gracias, Padre nuestro, por la vida y el conocimiento que
nos has hecho desvelar por Jesucristo, tu Siervo...”.
“Te damos gracias, Padre santo, por tu santo nombre, que has hecho
habitar en nuestros corazones, y por el conocimiento, la fe y la
inmortalidad que nos has hecho desvelar por Jesucristo tu Siervo”
(Didajé 9, 2-3; 10, 2).
Padre Félix Castro Morales
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Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)