Sábado 08 de Octubre de 2011
Sábado 27ª semana de tiempo ordinario 2011
Joel 4,12-21
Así dice el Señor: "Alerta, vengan las naciones al valle de Josafat: allí me
sentaré a juzgar a las naciones vecinas. Mano a la hoz, madura está la mies; venid
y pisad, lleno está el lagar. Rebosan las cubas, porque abunda su maldad. Turbas y
turbas en el valle de la Decisión, se acerca el día del Señor en el valle de la
Decisión. El sol y la luna se oscurecen, las estrellas retiran su resplandor. El Señor
ruge desde Sión, desde Jerusalén alza la voz, tiemblan cielo y tierra. El Señor
protege a su pueblo, auxilia a los hijos de Israel. Sabréis que yo soy el Señor,
vuestro Dios, que habita en Sión, mi monte santo. Jerusalén será santa, y no
pasarán por ella extranjeros. Aquel día, los montes manarán vino, los collados se
desharán en leche, las acequias de Judá irán llenas de agua, brotará un manantial
del templo del Señor, y engrosará el torrente de las Acacias. Egipto será un
desierto, Edón se volverá árida estepa, porque oprimieron a los judíos, derramaron
sangre inocente en su país. Pero Judá estará habitada por siempre, Jerusalén, de
generación en generación. Vengaré su sangre, no quedará impune, y el Señor
habitará en Sión."
Salmo responsorial: 96
R/Alegraos, justos, con el Señor.
El Señor reina, la tierra goza, / se alegran las islas innumerables. / Tiniebla y
nube lo rodean, / justicia y derecho sostienen su trono. R.
Los montes se derriten como cera / ante el dueño de toda la tierra; / los
cielos pregonan su justicia, / y todos los pueblos contemplan su gloria. R.
Amanece la luz para el justo, / y la alegría para los rectos de corazón. /
Alegraos, justos, con el Señor, / celebrad su santo nombre. R.
Lucas 11,27-28
En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba a las gentes, una mujer de entre el
gentío levantó la voz, diciendo: "Dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te
criaron." Pero él repuso: "Mejor, dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la
cumplen."
COMENTARIOS
El texto de hoy nos muestra cómo desde su estado de silencio, y
reconociendo la presencia de Jesús, una mujer anónima se anima a alabarle. Jesús,
en cambio, le muestra cuál es la verdadera grandeza ante los ojos de Dios. Aquí
vemos de manera concreta cuál es el proyecto de Jesús. La mujer alaba y llama
dichosa a la madre del mismo Jesús, desea felicidad y honor para la mujer que le
ha dado la vida y que lo ha visto crecer. Pero Jesús contesta que es más bien
dichoso quien escucha la Palabra de Dios y la pone en práctica. Éste es el auténtico
motivo de dicha y felicidad: Escuchar, y seguir a la Palabra que es Jesús y guardar
la enseñanza por él proclamada.
Hoy el evangelio nos invita a ser Palabra viva, Palabra practicada, Palabra
creadora. Escuchar la Palabra de Dios es dejarse guiar por ella, es eliminar nuestros
egoísmos, nuestra tendencia de dominio, para que viva en nuestra vida la
fraternidad y la misericordia. Veamos a María como modelo, porque ella guardó,
creyó y escuchó la Palabra de Dios.
Juan Alarcón, s.j..
(Extracto de servicios KOINONÍA)