1
Salmos diarios, Ciclo I, Año Impar. Explicados
XXI Semana del Tiempo Ordinario
Sábado
Salmo 97
Cantemos al Señor con alegría . Un cántico es expresión de alegría y,
considerándolo con más atención, es una expresión de amor. Por esto, el que es
capaz de amar la vida en Dios, la vida del Espíritu en sí mismo, la gracia de Dios, es
capaz de cantar al Señor con alegría.
María nos enseña que la fuente de nuestra alegría y nuestro único apoyo
firme es Cristo. A la Virgen María, en las letanías lauretanas, la llamamos “Causa de
nuestra alegría”; Ella nos ayuda a encontrar en Cristo resucitado, la fuente de la
verdadera alegría.
En efecto, Jesucristo, que es la plenitud de la verdad, atrae hacia sí el
corazón de todo hombre, lo dilata y lo colma de alegría. En efecto, sólo la verdad es
capaz de invadir la mente y hacerla gozar en plenitud.
Esta alegría ensancha las dimensiones del alma humana, librándola de las
estrecheces del egoísmo y capacitándola para un amor auténtico. La experiencia de
esta alegría conmueve, atrae al hombre a una adoración libre, no a un postrarse
servil, sino a inclinar su corazón ante la Verdad que ha encontrado.
Por eso el servicio a la fe, que es testimonio de Aquel que es la Verdad total,
es también un servicio a la alegría, y esta es la alegría que Cristo quiere difundir en
el mundo: es la alegría de la fe en él, de la verdad que se comunica por medio de
él, de la salvación que viene de él. Esta es la alegría que experimenta el corazón
cuando nos arrodillamos para adorar a Jesús en la fe.
Caminando con Cristo es como se puede conquistar la alegría, la verdadera
alegría. Precisamente por esta razón él os ha dirigido también hoy un anuncio de
alegría: „Bienaventurados...‟.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)