1
Salmos diarios, Ciclo I, Año Impar. Explicados
XXII Semana del Tiempo Ordinario
Viernes
Salmo 99
Bendigamos al Señor, porque él es bueno . Sólo Dios es Bueno y posee la
perfección infinita de la bondad. Dios es la plenitud de todo bien. Así como Él „Es‟
toda la plenitud del ser, del mismo modo „Es bueno‟ con toda la plenitud del bien.
Esta plenitud de bien corresponde a la infinita perfección de su Voluntad, lo mismo
que a la infinita perfección de su entendimiento y de su Inteligencia corresponde la
absoluta plenitud de la Verdad, subsistente en Él en cuanto conocida por su
entendimiento como idéntica a su Conocer y Ser. Dios es espíritu infinitamente
perfecto, por lo cual quienes lo han conocido se han hecho verdaderos adoradores:
Lo adoran en espíritu y verdad.
Dios, este Bien infinito que es absoluta plenitud de verdad... „es difusivo en sí
mismo‟ (Summa Theol. I, q. 5, a. 4, ad 2). También por esto se ha revelado, a sí
mismo: la Revelación es el Bien mismo que se comunica como Verdad.
Esta bondad infinita del Padre se ha manifestado a los hombres; les ha
enviado a su Hijo, y a todos aquellos que creyeron en Él les ha dado, nos dice San
Juan, “el poder de ser hechos hijos de Dios” (Jn 1,12). Y de convertirse, a la vez,
en coherederos y hermanos de Cristo, qua ha proclamado solemnemente: “El Padre
y yo somos una misma cosa” (Jn 10,30).
Tenemos un Señor bueno: cuán bueno es Dios: está dispuesto a perdonar los
pecados. Nuestro Dios es un Dios „bueno‟ y „amable‟. Él es bueno con nosotros y
nos libra de nuestras culpas; él limpia nuestra impureza con la fuerza purificadora
de su bondad.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)