Llamados a ser testigos de la Palabra
08/10/11
Evangelio
Del santo Evangelio según san Lucas 11, 27-28
En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba a la multitud, una mujer del pueblo,
gritando, le dijo: «¡Dichosa la mujer que te llevó en su seno y cuyos pechos te
amamantaron!». Pero Jesús le respondió: «Dichosos todavía más los que escuchan
la Palabra de Dios y la ponen en práctica». Palabra del Señor.
Oración introductoria
Señor, gracias por recordarme la importancia de escuchar tu Palabra. Dame la luz
de tu Espíritu Santo para que no sólo la escuche, sino que abra mi corazón con
absoluta confianza y seguridad de que eres mi Padre, bueno y amoroso, dispuesto a
darme todo lo que necesito.
Petición
Señor, dame la gracia que más necesite para mi santificación.
Meditación
«En efecto, si vosotros no sois sus testigos en vuestros ambientes, ¿quién lo hará
por vosotros? El cristiano es, en la Iglesia y con la Iglesia, un misionero de Cristo
enviado al mundo. Ésta es la misión apremiante de toda comunidad eclesial: recibir
de Dios a Cristo resucitado y ofrecerlo al mundo, para que todas las situaciones de
desfallecimiento y muerte se transformen, por el Espíritu, en ocasiones de
crecimiento y vida. Para eso debemos escuchar más atentamente la Palabra de
Cristo y saborear asiduamente el Pan de su presencia en las celebraciones
eucarísticas. Esto nos convertirá en testigos y, aún más, en portadores de Jesús
resucitado en el mundo, haciéndolo presente en los diversos ámbitos de la sociedad
y a cuantos viven y trabajan en ellos, difundiendo esa vida “abundante” que ha
ganado con su cruz y resurrección y que sacia las más legítimas aspiraciones del
corazón humano» (Benedicto XVI, 14 de mayo de 2010).
Reflexión apostólica
“El desconocimiento de las Escrituras es desconocimiento de Cristo, decía san
Jerónimo”. Por ello, el Movimiento exhorta a sus miembros a que aprendan el
sublime conocimiento de Cristo mediante la lectura y meditación de la Palabra de
Dios, especialmente en el Evangelio» (Manual del miembro del Movimiento Regnum
Christi , n. 242)
Propósito
Esforzarme por hacer diariamente una lectura y reflexión del Evangelio.
Diálogo con Cristo
Señor Jesús, hoy me queda claro que mi misión, como discípulo y misionero de tu
amor, tiene la gran responsabilidad de asegurar que tu Palabra no se pierda. A mí
me toca y de mí depende el que tu mensaje de amor llegue a todos los hombres,
empezando por mi propia familia. Confío en tu gracia, que nunca defrauda, a un
corazón que sinceramente se acerca a Ti.
«Sólo Cristo tiene palabras de vida eterna. ¿A quién iremos que no sea Jesucristo
para resolver el enigma de la vida, para encontrar la verdad y el amor? Nosotros
sabemos que sólo en Él encontramos eso que afanosamente buscamos»
( Cristo al centro, n. 553).