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Salmos diarios, Ciclo I, Año Impar. Explicados
XXIV Semana del Tiempo Ordinario
Jueves
Salmo 110
Los mandamientos del Señor son dignos de confianza . Vivimos en una
sociedad muy religiosa pero que conoce muy poco a Dios. Basta con leer unas
cuantas noticias de sucesos policíacos para darnos cuenta que la gente de hoy -al
igual que ayer- vive en plena y abierta desobediencia a la voluntad de Dios. Lo que
necesitamos desesperadamente es regresar a los mandamientos de Dios. El
mandato del Señor es digno de confianza, hace sabio al ignorante. Los
mandamientos del Señor son justos, son alegría del corazón (Sal 19, 8-9).
Los mandamientos son más dignos de estima que el oro, que el oro más fino
y abundante; son más dulces que el almíbar, que la miel de los panales (Ibidem v
11).
En efecto, la ley divina se expresa en los mandamientos de Dios y en los
preceptos de la Iglesia. Los mandamientos y los preceptos son la síntesis concreta
de todo lo que el hombre debe hacer o evitar para adquirir las virtudes, conquistar
la verdadera libertad y alcanzar el Sumo Bien. Así, los mandamientos son el camino
que Dios nos indica para conducirnos a la plena realización de nosotros mismos, y a
la consecución del fin de nuestra vida que es la felicidad eterna.
Los mandamientos se pueden comparar con la ‘receta del médico’. El médico
en su prescripción compendia su ciencia: manda lo que debemos hacer e indica lo
que debemos evitar para adquirir y mantener la salud y el bienestar físico. Así, Dios
con los mandamientos prescribe lo que debe ser cumplido y prohíbe lo que debe ser
evitado para que alcancemos y conservemos nuestra salud y belleza interior,
conformes a la dignidad humana y a nuestra adopción de hijos suyos.
Jesucristo, que es ‘el camino, la verdad y la vida’, es el maestro que nos
enseña cómo deben ser observados de modo perfecto los mandamientos y los
preceptos. Por esto, Los mandamientos del Señor son dignos de confianza.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)