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Salmos diarios, Ciclo I, Año Impar. Explicados
XXV Semana del Tiempo Ordinario
Lunes
Salmo 18
El mensaje del señor resuena en toda la tierra . Sí, el mensaje de Jesús y
Jesús mismo es para todos; viene para ofrecerse a sí mismo a todos como
esperanza segura de salvación.
Pero para que este mensaje de vida eterna, resuene en toda la tierra, Jesús
ha querido nuestra participación; nos ha asociado a la misión que él a la vez recibió
del Padre. Millones de hombres y mujeres que no conocen a Cristo, o tan sólo lo
conocen superficialmente, viven a la espera -a veces no consciente- de descubrir la
verdad sobre el hombre y sobre Dios, sobre la vía que lleva a la liberación del
pecado y de la muerte. Para esta humanidad que anhela o que siente nostalgia de
la belleza de Cristo, de su luz clara y serena que resplandece sobre la faz de la
tierra, el anuncio de la Buena Noticia es una tarea vital e inderogable.
No podemos guardar para sí las inmensas riquezas del patrimonio cristiano,
que hemos recibido en el bautismo. Hemos de llevarlo a nuestros hermanos, que
han dejado de creer. Se trata de muchas personas, que sólo han sido bautizados,
pero nunca han sido evangelizadas; viven casi sin la fe, padecen la más grave de
las pobrezas. Ante esta pobreza sería erróneo no favorecer una actividad
evangelizadora en nuestra parroquia.
El anuncio del misterio cristiano y la perseverante instrucción religiosa, han
de renovar la entera vida de los creyentes para que, de esta manera, se produzcan
abundantes frutos de mayor responsabilidad personal y social, con miras también a
superar tantos problemas que afectan a la dignidad de la persona humana.
Por ello, llenos de esperanza, todos hemos de dinamizar nuestra dignidad y
compromiso bautismal en nuestra parroquia; nuestro compromiso misionero ha de
ser una actitud solidaria para construir una sociedad verdaderamente cristiana y
más conforme con el plan de Dios. El camino que conduce al reencuentro del
hombre consigo mismo y al pleno sentido de la vida es Cristo, luz del mundo (cf. Jn
8, 12). Por ello, la renovación de los individuos y de la sociedad pasa por el anuncio
de Jesús que salva, libera y reconcilia el corazón humano.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)