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Salmos diarios, Ciclo I, Año Impar. Explicados
XXV Semana del Tiempo Ordinario
Miércoles
Salmo 13
Bendito sea el Señor para siempre . Con nuestro canto, con toda nuestra
celebracin, estamos adorando “al único Dios verdadero: Padre, Hijo y Espíritu
Santo”; “Bendito sea Dios Padre, y su Hijo unigénito, y el Espíritu Santo, porque
tiene misericordia de nosotros; porque nos permite estar hoy en su presencia,
porque ha venido al encuentro con nosotros…
Toda la liturgia es un cántico de alabanza al misterio trinitario; cada oración
se dirige a Dios Padre, por el Hijo, en el Espíritu Santo. La invocación más sencilla,
como el «signo de la cruz», se hace «en el nombre del Padre y del Hijo y del
Espíritu Santo»; y las más solemnes plegarias litúrgicas concluyen con la alabanza
trinitaria. Cada vez que elevamos nuestra mente y nuestro corazón a Dios,
entramos en el diálogo eterno de amor de la santísima Trinidad.
Bendito sea el Señor para siempre . Sí, Bendita sea la Trinidad santa y la
Unidad indivisa; démosle gracias porque ha tenido misericordia de nosotros”;
porque “El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu
Santo” (Rm 5, 5). Sí, bendito sea Dios por venir en nuestro auxilio y ayudarnos a
realizar la ofrenda del sacrificio de nuestros labios.
“Bendito sea el Dios porque “nos bendijo en Cristo con toda clase de
bendiciones espirituales, en el cielo. Ya que en Él nos eligió, antes de la creación del
mundo... Nos predestin a ser hijos adoptivos suyos por Jesucristo” (Ef 1, 3-5).
“Bendito sea Dios, Padre de nuestro Seor Jesucristo” (1 P 1, 3), porque
mediante la resurrección de su Hijo nos ha reengendrado y, en la fe, nos ha dado
una esperanza invencible en la vida eterna, a fin de que vivamos en el presente
siempre proyectados hacia la meta, que es el encuentro final con nuestro Señor y
Salvador.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)