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Salmos diarios, Ciclo I, Año Impar. Explicados
XXVI Semana del Tiempo Ordinario
Miércoles
Salmo 136
Tu recuerdo, Señor, es mi alegría . La cosa más importante en nuestra vida
debe ser desarrollar a cada momento una íntima, profunda y perfecta relación
personal con Dios; ese estado de relación personal con nuestro Padre celestial
produce una alegría incomparable que supera las luchas y las dificultades que
podamos enfrentar como cristianos, y nos da la capacidad de poder ser más que
vencedores en Cristo.
Siempre, pero sobre todo en estos tiempos, tenemos necesidad de
experimentar que Dios es amor, que su esencia es la fidelidad a la Promesa y que
la infalible certeza de su presencia transforma nuestra oscuridad en luz, nuestra
debilidad en fortaleza, nuestra tentación de desaliento y de tristeza en seguridad de
gozo y de esperanza.
Nuestro Dios es un Dios de amor, nos ama, Es un Dios lleno de gracia, de
amor y de verdad, que busca constantemente poder derramar su amor. Hemos
creemos en un Dios lleno de alegría; ese es nuestro Dios, un Dios feliz y alegre por
las victorias de su pueblo, lleno de gozo por los logros de sus hijos, y ese carácter
de nuestro Dios debe ser formado diariamente en nuestras vidas, y en esa misma
medida esa alegría será reflejada diariamente en las vidas de aquellos que anhelan
su presencia y que están dispuestos no solo a vivir por Él, sino también a morir por
Él.
Si los cristianos tienen hoy una responsabilidad -los que de veras por seguir
a Jesús, han renunciado a sí mismos y han asumido con generosidad su cruz
cotidiana- es la de ser mensajeros de alegría y de esperanza, la de ser, por
fidelidad al Evangelio, los auténticos artífices de la paz. “Felices los que trabajan
por la paz, porque serán llamados hijos de Dios” (Mt 5, 9).
¿Por qué es posible la alegría? Porque es posible el amor. Los cristianos no
podemos renunciar nunca a una experiencia y a un compromiso: la experiencia de
que Dios es Padre y nos ama (“Dios es amor”) y el compromiso de que debemos
amarnos “como Él nos amó”.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)