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Salmos diarios, Ciclo I, Año Impar. Explicados
XXVIII Semana del Tiempo Ordinario
Martes
Salmo 18
Los cielos proclaman la gloria de Dios . Con estas palabras, hemos evocado el
‘testimonio silencioso’ de la admirable obra del Creador, inscrita en la realidad
misma de la creación.
Date cuenta ¡oh Hombre! de tu dignidad. Eres el diputado de la materia para
conocer, reconocer, amar, alabar y proclamar con todo tu cuerpo la Gloria del
Creador. Eres como un Ángel de la Materia inanimada. Y el universo inmenso y
duradero se dice en tu voz débil y efímera, se dice como himno de Gloria. Es en tu
voz, donde ‘los cielos proclaman la Gloria de Dios’.
Todo nuestro ser está en intercambio de comunión con la materia, por la
respiración, por la alimentación, hasta por la corrupción de la muerte. Amasado de
tierra, somos la única porción de tierra que está animada de un soplo divino. Y por
eso llamados a ser soberanos del Universo en Dios, Creador y señor de todo.
¿Quiénes somos para que Dios se fije en nosotros? Y, sin embargo, se nos
propone una empresa que supera nuestras fuerzas: dar gloria a Dios. ¡Dar gloria al
Dios glorioso! ¿Qué le pueden añadir a Dios nuestros gestos y palabras? Es
necesario que el hombre libremente acepte seguir el Plan que Dios en su sabiduría
diseñó para su propio bien. El hijo obediente y fiel, que sigue el camino de plenitud
y realización que el Señor le ha designado, es la gloria de nuestro Padre Creador.
Los cielos proclaman la gloria de Dios.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)