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Salmos diarios, Ciclo I, Año Impar. Explicados
XXX Semana del Tiempo Ordinario
Lunes
Salmo 67
Bendito sea el Señor, que nos salva . El Señor Jesús, es el único que nos
salva, que nos purifica y nos da la verdadera alegría, la verdadera vida. Sólo Jesús
nos salva del miedo del mundo y de la ansiedad ante el vacío de la propia vida.
Sólo mirando a Jesucristo, nuestro gozo en Dios alcanza su plenitud, se hace gozo
redimido.
Cristo, durante toda su vida terrena, se presenta como el Salvador enviado
por el Padre para la salvación del mundo. Su mismo nombre, Jesús, manifiesta esa
misión, pues significa: “Dios salva”.
Cristo, Salvador universal, es el único Salvador. San Pedro lo afirma
claramente: “Porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres por el
que nosotros debamos salvarnos” (Hch 4, 12).
San Luis María Grignion de Montfort proclama la fe cristológica de la Iglesia
cuando dice que “Jesucristo es el alfa y la omega, „el principio y el fin‟ de todo. (...)
Él es el único maestro que debe instruirnos, el único Señor del que dependemos, la
única cabeza a la que debemos estar unidos, el único modelo al que debemos
asemejarnos, el único médico que nos debe curar, el único pastor que nos debe
alimentar, el único camino que debemos seguir, la única verdad que debemos
creer, la única vida que debe vivificarnos, lo único que nos debe bastar en todo.
(...)
Todo fiel que no esté unido a Cristo como el sarmiento a la vid, se cae, se
seca y sólo sirve para ser arrojado al fuego. En cambio, si estamos en Jesucristo y
Jesucristo está en nosotros, no debemos temer ninguna condena. Ni los ángeles del
cielo, ni los hombres de la tierra, ni los demonios del infierno, ni ninguna otra
creatura podrá producirnos mal alguno, porque no podrá separarnos jamás del
amor de Dios, en Jesucristo.
Todo lo podemos por Cristo, con Cristo y en Cristo; podemos dar todo honor
y toda gloria al Padre, en la unidad del Espíritu Santo; podemos alcanzar la
perfección y ser perfume de vida eterna para el prójimo” (Tratado sobre la
verdadera devoción a María n. 61).
Padre Félix Castro Morales
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Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)