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Salmos diarios, Ciclo I, Año Impar. Explicados
XXX Semana del Tiempo Ordinario
Martes
Salmo 125
(Cfr. Juan Pablo II, 15 de agosto de 1979)
Grandes cosas haz hecho por nosotros, Señor . Nosotros bien podemos decir
con María, nuestra Madre: “se alegra nuestro espíritu en Dios…porque el Seor ha
hecho cosas grandes en nosotros” (Cfr. Lc 1,49). Las ha hecho desde el principio.
Desde el momento de la concepción del Hijo de Dios. El misterio de un Dios que se
ha hecho hombre en su seno. En efecto, María llega a Isabel, persona que le es
muy cercana, a quien le une un misterio análogo; llega para compartir con ella la
propia alegría.
María glorifica a Dios, consciente de que a causa de su gracia la habían de
glorificar todas las generaciones, porque “su misericordia se derrama de generacin
en generacin” (Lc 1, 50),
También nosotros alabamos juntos a Dios por todo lo que ha hecho por la
humilde Esclava del Señor. Le glorificamos, le damos gracias. Reavivamos nuestra
confianza y nuestra esperanza, inspirándonos en la respuesta, que hemos dado al
salmo: Grandes cosas haz hecho por nosotros, Señor.
Cada uno de nosotros debe mirar, en cierto modo con los ojos de María, la
propia vida, la historia del hombre. A este propósito son muy hermosas las palabras
de San Ambrosio: “Esté en cada uno el alma de María para engrandecer al Seor,
esté en cada uno el espíritu de María para exultar en Dios…” (Exp. ev. sec. Lc 2,
26).
Por tanto, debemos repetir también nosotros como María: ha hecho cosas
grandes en mí. Porque lo que ha hecho en Ella, lo ha hecho para nosotros y, por lo
tanto, también lo ha hecho en nosotros. Por nosotros se ha hecho hombre, nos ha
traído la gracia y la verdad. Hace de nosotros hijos de Dios y herederos del cielo.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)