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Salmos diarios, Ciclo I, Año Impar. Explicados
XXXII Semana del Tiempo Ordinario
Martes
Salmo 33
Bendigamos al Señor a todas horas . Según el Antiguo Testamento, “bendecir
a Dios” significa también darle gracias, además de “alabar a Dios”, “confesar al
Seor”.
El Eclesiástico nos dice: “Bendigan al Señor en todas sus obras , es decir,
Bendigamos al Señor a todas horas. Ensalcemos su nombre, y unámonos en la
confesin de sus alabanzas.” “Alabémosle así con alta voz: Las obras del Seor son
todas buenas, sus órdenes se cumplen a tiempo, pues todas se hacen desear a su
tiempo.
Bendigamos al Señor a todas horas porque su persona viva y santa, actúa y
salva al mundo; más aún, invitemos a todas las criaturas marcadas por el don de la
vida a asociarse a nuestra alabanza: “Todo viviente bendiga su santo nombre, por
siempre jamás” (v. 21).
Bendigamos a Dios siempre”, que en todo momento exista un cántico nuevo
de alabanza a su nombre, que siempre exista en nosotros el deseo de alabar y
bendecir su santo nombre, que tanto en los días de sol como en los días nublados
podamos alabarle, entendiendo que tanto el día de sol como el día nublado lo ha
hecho Dios, por tanto debemos siempre tener en nuestra boca un canto de
alabanza a su nombre, porque el ha sido Bueno y para siempre es su misericordia.
Bendigamos al Señor a todas horas: “… ofrezcamos siempre a Dios, por
medio de él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su
nombre” (Hebreos 13:15). .
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)