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Salmos diarios, Ciclo I, Año Impar. Explicados
XXXII Semana del Tiempo Ordinario
Miércoles
Salmo 81
Ven, Señor, y haz justicia . Cuando se habla de “justicia” en el mundo se hace
referencia al cumplimiento de las leyes de las naciones. La concepción bíblica de
justicia es bastante distinta. En la Biblia se entiende por justicia la fidelidad, la
solidaridad con las personas o comunidades con las que uno se ha comprometido.
Hablar de la justicia divina no debe llevarnos a pensar en un juez que
condena a los transgresores de unas leyes. Dios es justo porque siempre se
mantiene en actitud de respeto, de amor, de fidelidad; porque sabe perdonar de
corazón; y comenzar siempre de nuevo…
Según Jeremías, Dios y justicia están tan íntimamente interrelacionados, que
practicar la justicia es conocer a Dios y conocer a Dios es practicar la justicia (Jer
22,16). La experiencia de construir la justicia es experiencia de Dios, pues se trata
de respetar a cada ser humano como hijo querido de Dios y de ayudarle de modo
que pueda vivir dignamente.
Dios es justo también respetando la libertad que nos ha dado. Él siempre
está en actitud de ayuda. Pero jamás se impone a nadie. La fidelidad a un proyecto
de amor no puede ser impuesta a la fuerza. Por eso respeta tanto nuestras
decisiones. Aunque usemos mal nuestra capacidad de opción y de compromiso, él
se mantiene siempre fiel a su actitud de ayuda, si es que se le acepta. Su proyecto
es ayudarnos a crecer como personas, en amor, inteligencia, belleza, creatividad...
Dios manifiesta su justicia haciendo justos a los pecadores (cf. Rm 3, 26).
Dios no se complace en la muerte del malvado, sino en que se convierta de su
conducta y viva (cf. Ez 18, 23).
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)