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Salmos diarios, Ciclo I, Año Impar. Explicados
XXXIII Semana del Tiempo Ordinario
Sábado
Salmo 9
Cantemos al Señor, nuestro Salvador . ¡Bendito don dado a los hombres!
poder cantar las maravillosas obras de nuestro Dios, poder expresar en palabras y
melodías armoniosas, el amor, el gozo, la gratitud a nuestro Salvador con un cantar
que llegue como perfume de olor suave ante su santa presencia y le sea agradable.
Pero en nuestro canto hemos de usar la cabeza y ofrecer a Dios lo mejor, con el
corazón abierto a él.
La causa de nuestro canto es Jesús nuestro salvador, que ha venido a
nosotros para salvador no sólo el hombre, sino toda la creación, a la que se invita
a cantar al Señor un cántico nuevo y a alegrarse con todas las naciones de la tierra
(cf. Sal 96).
El hombre de hoy más que nunca necesita un Salvador, y nos alegramos
porque Cristo ha venido para que podamos ser hijos de Dios; es decir, ha venido a
ofrecernos la oportunidad de ver la gloria divina y de compartir la alegría del Amor,
que en Belén se hizo carne por nosotros. Nuestro Salvador ha venido a nosotros,
porque sabe que lo necesitamos.
A pesar de tantas formas de progreso, el ser humano es el mismo de
siempre: una libertad tensa entre bien y mal, entre vida y muerte. Es precisamente
en su intimidad, en lo que la Biblia llama el "corazón", donde siempre necesita ser
salvado. Y en la época actual postmoderna necesita quizás aún más un Salvador,
porque la sociedad en la que vive se ha vuelto más compleja y se han hecho más
insidiosas las amenazas para su integridad personal y moral. ¿Quién puede
defenderlo sino Aquél que lo ama hasta sacrificar en la cruz a su Hijo unigénito
como Salvador del mundo?
Cantemos al Señor, nuestro Salvador, porque se ha hecho hombre; porque
ha nacido de la Virgen María y nos acompaña en nuestro diario caminar en su
Iglesia. Él es quien lleva a todos el amor del Padre celestial. ¡Él es el Salvador del
mundo! No temamos, abrirle el corazón, acámosle, para que su Reino de amor y de
paz se convierta en herencia común de todos.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)