6ª semana del tiempo ordinario.
Sábado: Mc 9, 2-13
Siguiendo la
lectura seguida del evangelio de san Marcos, hoy llegamos al suceso de
Jesús les había
dicho a los apóstoles que iba a morir, pero luego resucitaría. Esto no lo
entendían, sobre todo lo de resucitar y la necesidad de morir. No lo entendían
sobre todo porque tenían muy metida en su alma la idea del mesianismo
triunfalista. Para Jesús esta idea triunfalista era como una tentación. Por eso
quiere subir al monte para poder tener una oración muy profunda o mística
pidiendo luz para conocer mejor el sentido de su muerte. Y se llevó a los tres
discípulos que estaban un poco más preparados para poder comprender la grandeza
de su muerte y vida redentora.
Y cuando estaba en
esa oración, se transfiguró, dejó transparentar la grandeza de su gloria divina
y sintió los motivos de su muerte en conversación con los máximos
representantes del Ant. Testamento, Moisés y Elías. Eran como el compendio de
Una idea podemos
sacar del porqué se revela a aquellos tres un poco más preparados. Dios nos
daría ya muchas alegrías espirituales y aun revelaciones, si estuviéramos más
preparados. En este sentido se puede entender lo que un día dijo Jesús: “No se
pueden echar las cosas santas a los perros”. Hay muchos que no pueden entender
apenas lo más sencillo del espíritu, porque las pasiones les tienen
esclavizados. Y por el contrario, Dios hace ver maravillas a aquellos bien preparados,
sobre todo por una vida sencilla y entregada al Señor. Así ha pasado siempre en
revelaciones especiales de Jesús o de
El principal
mensaje que hoy
Nos cuenta san
Marcos hoy que al bajar del monte Jesús les prohibió a los tres contar a nadie
la visión hasta después de la resurrección. Ellos no entendían lo de la
resurrección, pero fueron fieles a su promesa. Y, como habían visto al profeta
Elías, preguntaron a Jesús cómo era eso de que tenía que venir primero Elías.
Jesús les dijo que ya había venido. Otro evangelista nos dice que se refería a
Juan Bautista.
Estamos destinados
a transfigurarnos en Jesús, especialmente a través de la unión con Él por medio
de