«juzgar y
corregir con misericordia»
Carta de
monseñor Juan Rubén Martínez, obispo de Posadas,
para el 8°
domingo durante el año
[3 de marzo
de 2019]
El
texto del Evangelio de este domingo (Lc 6, 39-45) señala
varias enseñanzas, entre ellas, la misericordia y la bondad para juzgar al
prójimo, así como la necesidad de realizar con caridad toda corrección fraterna.
El texto dice: «¿Por
qué miras la paja que hay en el ojo de tu hermano y no ves la viga que está en
el tuyo? […]¡Hipócrita, saca primero la viga de tu
ojo, y entonces verás claro para sacar la paja del ojo de tu hermano».
Este
texto es muy concreto y tiene mucho contenido para aplicarlo en la vida
cotidiana. Si miramos en nuestros ambientes es sorprendente percibir cómo
aquello que prima es el chisme, la difamación y la calumnia. Lamentablemente,
lo habitual es, muchas veces, «sacar
el cuero» al
otro provocando, en ocasiones, daños irreparables. En muchas oportunidades
hemos reflexionado sobre la necesidad de insertar el evangelio en la vida
cotidiana. Para vivir la santidad no es necesario hacer cosas extraordinarias y
llamativas. He aquí un pedido concreto en el evangelio de este domingo: ser más
misericordiosos y justos en el juicio al otro y ser capaces y veraces para
realizar un auténtico examen de conciencia. La corrección fraterna hecha con
verdad y caridad es un instrumento muy importante que nos propone el evangelio
y que, bien hecha, puede sanar y mejorar los ambientes, tanto familiares como
sociales.
Considero
indispensable que, en nuestro tiempo, donde hay tantos malos ejemplos, también
podamos resaltar que hay muchísimos hombres y mujeres, educadores, amas de casa,
periodistas, políticos, consagrados, sacerdotes, etc., que son verdadero
testimonio de santidad sin necesidad de hacer cosas que llaman la atención. Desde
un estilo de vida comprometido con la realidad, logran ser fecundos y
construyen desde la santidad en lo cotidiano. Es cierto que estos modelos de
santidad -los de la vida cotidiana- seguramente no sirve
a ciertos medios de comunicación que siempre buscan rating desde el sensacionalismo. Pero también hay que subrayar que
si el sensacionalismo, la difamación o la calumnia, venden, es porque hay muchos
que lo consumen. Dañar a otro en el juicio «sacando el cuero», con la difamación o la calumnia, forman parte de la «inteligencia del mal» que busca convencernos de que es imposible creer que
podemos estar mejor e intenta dejarnos sin esperanza. Esta postura es fatal
porque lleva a cruzarnos de brazos o, peor aún, a bajarlos, renunciando a todo
tipo de ideal. Los cristianos tenemos la certeza de que, a pesar de todo, la
vida triunfa sobre la muerte. Y esto nos anima a trabajar para mejorar nosotros
mismos y mejorar nuestro mundo.
En este
domingo el texto del Evangelio nos pide que antes de juzgar al otro nos miremos
a nosotros mismos. Y que, si consideramos que el otro está errado o pecando,
tengamos un juicio y una corrección misericordiosa. «Si tu hermano peca, ve y corrígelo en privado. Si te
escucha, habrás ganado a tu hermano».
Así
como la comunión de bienes y la solidaridad son una forma concreta del amor
cristiano, desde ya que, el corregir bien y fraternalmente, también lo es.
¡Un
saludo cercano y hasta el próximo domingo!
Mons. Juan Rubén Martínez, obispo de
Posadas