V DOMINGO DE PASCUA, CICLO C
SE HACE CAMINO AL ANDAR
Padre Pedrojosé Ynaraja
Caminante no hay camino, se hace
camino al andar, dice el poeta español Antonio Machado. Pablo no hubiera
escrito líneas tan preciosas, era intelectual, más que poeta, pero las puso en
práctica durante su vida.
1.- Cuando camino de Damasco se le
manifestó el Señor, al que perseguía, en vez de contestarle que no era cierto,
que a nadie en concreto acosaba, que se limitaba a ser fiel a lo que todo el
mundo hacía y las leyes tenían establecido, este adulto convencido y preparado
en estudios y viajes, ante lo inesperado, se limitó a ser fiel a lo que se le
proponía, sin ofrecerle nada a cambio. Supo arriesgarse. Dijo sí a la voz, dijo
sí a Ananías, el de Damasco, e inició una nueva vida, una aventura Olvidó su
madurez y recuperó la juventud. ¿Durante el tiempo de retiro que permaneció en
Arabia, se programó rutas y preparó discursos y entrevista? ¡Quia!
2.- En Jerusalén el día de
Pentecostés, él no estaba. En Cesarea marítima, allí
donde el Centurión Cornelio, recibió la Confirmación antes de habérsele administrado
el bautismo, tampoco. Evidentemente, en Nazaret junto a María, cuando Gabriel
le habló del Espíritu a la Virgen, tampoco. ¿Cuándo recibió el Espíritu? No nos
lo cuenta, tal vez nos diría si se lo preguntásemos, que no hay itinerarios
estudiados, que de su vida solo quedan estelas en la mar. He vuelto, mis
queridos jóvenes lectores, por si no lo habíais notado, al verso de Machado.
3.- Con Bernabé emprendió una
aventura que, como en todas pasa, gozó de éxitos y
sufrió fracasos. En la misa del domingo pasado nos enteramos de algunas de sus
correrías, hoy de otras. No perdía de vista a la Iglesia Madre de Jerusalén,
pero no se limitaba a cumplir consignas. Era leal, pero no esclavo.
De Pedro y los demás sí que sabemos
cuándo y cómo recibieron el Espíritu. No estaban capacitados intelectualmente
como Pablo, hoy diríamos que el apóstol de las gentes era doctorado y los otros
justito, tenían la capacidad de quien ha cursado la primaria. El Espíritu ni
enorgullecía a uno ni humillaba a los otros. De aquí que todos se enriquecieron
en el encuentro.
4.- Mis queridos jóvenes lectores,
se os anuncia un cielo nuevo y una tierra nueva. A vosotros principalmente, se
os pide colaboración. No escurro yo el bulto. Os advierto que ante los
nubarrones que oscurecen la atmosfera de la Iglesia que tanto nos repiten los
medio, y yo lo digo siempre, que sin negar la realidad, no estoy de acuerdo
mientras duren carmelos, cartujas y trapas. Yo,
viejo, veo que se asoma en el horizonte inmenso de la Fe, el Lucero vespertino.
Desde el atardecer del Viernes
Santo, meditando la Pasión del Señor, este Lucero que vislumbré, se concretó en
darme cuenta que el 8-9 de junio próximo, celebraremos, en uno u otro sitio, de
formas diferentes, con idéntica vivencia, en situación espacio/temporal o
librados de ella, Pentecostés. Y desde ese momento trato de escuchar los
mensajes que me lo anuncian. Anotarlos, reflexionarlos, prepararlos para
ofrecerlos a otros muchos. A vosotros también, mis queridos jóvenes lectores.
El Cristianismo es Amor y nada más,
lo demás son pamplinas inventadas por la clerecía, dicen muchos. Tal vez
estaría del todo de acuerdo, si este Amor fuera como el que proclama Cristo al
final de la lectura evangélica de la misa de hoy: amaos unos a otros como yo os
he amado. ¡anda ya! Es preciso enterarse de qué
significa y de qué manera se expresa y a qué eventualidades compromete para
serle fieles, no lo olvidéis. Un amor cualquiera sabe a poco y con frecuencia
llega a indigestar.