«Somos miembros unos de otros»
Carta de monseñor Juan Rubén Martínez, obispo de
Posadas,
para la Solemnidad
de la Ascensión del Señor
[02 de junio de 2019]
En este domingo de la Ascensión del
Señor, la Iglesia celebra la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales. En
el texto de este domingo (Lc 24, 46-53), el Señor les
dice a los Apóstoles: «el Mesías debía sufrir y
resucitar de entre los muertos al tercer día, y comenzando por Jerusalén, en su
Nombre debía predicarse a todas las naciones la conversión para el perdón de
los pecados». En realidad, este mandato
se sitúa en el centro de la tarea de todos los bautizados que es la evangelización
y que siempre implicará, por lo tanto, comunicar el Evangelio. Por tal motivo
en esta jornada, la Iglesia quiere celebrar con todos los comunicadores
sociales, periodistas, lectores, trabajadores en general, ligados a esta tarea,
orando, reflexionando y pidiendo por ellos para que puedan ser fieles a su vocación
y misión.
Cada año recibimos el mensaje del
Santo Padre para esta jornada. El lema de este año es: «Somos miembros unos de otros (Ef 4,25). De
las comunidades en las redes sociales a la comunidad humana». En dicha
reflexión el Papa Francisco nos dice: «Desde
que internet ha estado disponible, la Iglesia siempre ha intentado promover su
uso al servicio del encuentro entre las personas y de la solidaridad entre
todos. Con este Mensaje, quisiera invitarles una vez más a reflexionar sobre el
fundamento y la importancia de nuestro estar-en-relación; y a redescubrir, en
la vastedad de los desafíos del contexto comunicativo actual, el deseo del
hombre que no quiere permanecer en su propia soledad […] Internet representa una
posibilidad extraordinaria de acceso al saber; pero también es cierto que se ha
manifestado como uno de los lugares más expuestos a la desinformación y a la
distorsión consciente y planificada de los hechos y de las relaciones
interpersonales, que a menudo asumen la forma del descrédito.
Hay que reconocer que, por un lado,
las redes sociales sirven para que estemos más en contacto, nos encontremos y
ayudemos los unos a los otros; pero por otro, se prestan también a un uso
manipulador de los datos personales con la finalidad de obtener ventajas
políticas y económicas, sin el respeto debido a la persona y a sus derechos.
Entre los más jóvenes, las estadísticas revelan que uno de cada cuatro chicos
se ha visto envuelto en episodios de acoso cibernético. […] La metáfora de la red,
trasladada a la dimensión antropológica, nos recuerda otra figura llena de
significados: la comunidad. Cuanto más cohesionada y solidaria es una
comunidad, cuanto más está animada por sentimientos de confianza y persigue
objetivos compartidos, mayor es su fuerza. La comunidad como red solidaria
precisa de la escucha recíproca y del diálogo basado en el uso responsable del
lenguaje. […] La red constituye una
ocasión para favorecer el encuentro con los demás, pero puede también potenciar
nuestro autoaislamiento, como una telaraña que atrapa. Los jóvenes son los más expuestos
a la ilusión de pensar que las redes sociales satisfacen completamente en el
plano relacional; se llega así al peligroso fenómeno de los jóvenes que se
convierten en “ermitaños sociales”, con el consiguiente riesgo de apartarse
completamente de la sociedad. Esta dramática dinámica pone de manifiesto un
grave desgarro en el tejido relacional de la sociedad, una laceración que no
podemos ignorar. […]
Se puede esbozar una posible respuesta
a partir de una tercera metáfora, la del cuerpo y los miembros, que san Pablo
usa para hablar de la relación de reciprocidad entre las personas, fundada en
un organismo que las une. [Esta imagen] nos recuerda que el uso de
las redes sociales es complementario al encuentro en carne y hueso, que se da a
través del cuerpo, el corazón, los ojos, la mirada, la respiración del otro. Si
se usa la red como prolongación o como espera de ese encuentro, entonces no se
traiciona a sí misma y sigue siendo un recurso para la comunión. Si una familia
usa la red para estar más conectada y luego se encuentra en la mesa y se mira a
los ojos, entonces es un recurso. Si una comunidad eclesial coordina sus
actividades a través de la red, para luego celebrar la Eucaristía juntos,
entonces es un recurso. Si la red me proporciona la ocasión para acercarme a
historias y experiencias de belleza o de sufrimiento físicamente lejanas de mí,
para rezar juntos y buscar juntos el bien en el redescubrimiento de lo que nos
une, entonces es un recurso. Podemos pasar así del diagnóstico al tratamiento: abriendo
el camino al diálogo, al encuentro, a la sonrisa, a la caricia... Esta es la
red que queremos. Una red hecha no para atrapar, sino para liberar, para
custodiar una comunión de personas libres. La Iglesia misma es una red tejida
por la comunión eucarística, en la que la unión no se funda sobre los “like” sino sobre
la verdad, sobre el “amén” con el que
cada uno se adhiere al Cuerpo de Cristo acogiendo a los demás». (Mensaje del Santo Padre Francisco para la 53° Jornada mundial de las
Comunicaciones Sociales)
Un saludo cercano y hasta el próximo
domingo.
Mons. Juan Rubén Martínez, obispo de Posadas