XIII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO,CICLO C
COMPROMETERSE
Padre Pedrojosé Ynaraja
1.- Uno de los relatos de “Tierra de Hombres” de Antoine de Saint Exupéry, obra
por la que recibió el premio de novela de la Academia Francesa, dice que su
protagonista, creo se llamaba Mermoz, víctima de un
accidente de aviación por crestas andinas, salvado de milagro y tratando de
acercarse a pie a tierras habitadas, llegado el momento que sus fuerzas ya no
le sostienen y decidido a dejarse morir entre los bloques de hielo, piensa en
sus amigos, que de ninguna manera imaginarán que si está vivo dejará de caminar,
en su esposa, que si no encuentran su cadáver no podrá cobrar el seguro de vida
contratado y para no decepcionar, por querer ser fiel a la amistad y al
matrimonio, se levanta, haciendo de tripas corazón y a trancas y barrancas, sin
sentir satisfacción ni deseo, logra llegar a un promontorio, donde sin haberlo
programado ni previsto, le verán quienes le están buscando y salvará su vida. A
sus amigos no dejará de machaconamente repetirles: esto no lo hubiera hecho
ninguna bestia.
(os advierto, mis queridos jóvenes
lectores, que Saint- Exupéry es más conocido por ser
autor de “Le Petit Prince”, en castellano “El
Principito”. Precioso sin duda, pero sinceramente os digo que yo aprecio más la
novela histórica a la que me he referido)
No, ningún animal es capaz de comprometerse. Me gustaba
repetir esto, también machaconamente, cuando celebraba matrimonios. El hombre
es el único ser capaz de comprometerse y esta es una de sus glorias.
2.- Cambio de tercio. La primera y tercera lectura de este
domingo se sitúan en el terreno comentado
anteriormente. Trata, como veréis, del compromiso, a él se refiere
considerándolo no solo admirable cualidad humana, sino también virtud que Dios
pide a sus fieles, desde Abraham hasta nosotros mismos.
Eliseo es el profeta héroe de Jericó, discípulo de Elías. El
relato de la primera lectura nos cuenta precisamente como se incorporó a la
misión que por inspiración de Dios en el Sinaí, a Elías se le había encomendado.
3.- No olvidéis, mis queridos jóvenes lectores, los trajines
que a Elías le sometió el Señor. Vivió solitario mucho tiempo, un día hubo de
denunciar el proceder del rey y no se quedó mudo, otro sometió a prueba las
creencias de los profetas de Baal, ganó la Fe en Yahvé, pero también el odio de
la reina Jezabel, de tal manera lo aborreció la tal señora, que tuvo que huir
al Sinaí para salvar la piel y recibir órdenes. ¡también
se las podría haber dado más cerca, digo yo!, pero así son los procederes de
Dios y no se los discutiré, tampoco, evidentemente el gran profeta que de
inmediato se desplazó a tierras de Israel, buscó a Eliseo y ya habéis escuchado
el protocolo que ambos siguieron para pasar de uno a otro el testigo de esta
carrera de relevos que es la preparación de la llegada del Mesías.
4.- Eliseo solicitó una pequeña tregua y le fue concedida, se
despidió de la familia, cambió radicalmente de vida, no sin antes con los
aperos de sus yuntas de bueyes, ofrecer un sacrificio y hacerles partícipes del
rito a sus criados. Que lo cortés no quita lo valiente, dice el refrán
castellano. Acabó Elías fielmente su misión y tomó el relevo Eliseo, pero esto
es tema de otro relato. Se retrasó un poco Eliseo en el cumplimiento de los
deseos del Señor, pero se comprometió con Él del todo.
5.- El evangelio nos sitúa en tierras samaritanas. A estas
poblaciones los judíos de hoy, aceptando que son dominios palestinos, les
llaman simplemente los territorios. En aquel tiempo y aun ahora, el que se
desplaza desde el norte, Galilea, hacia el sur, Jerusalén, evita pisar estas
comarcas, prefiere hacerlo por la ribera del Jordán. En aquel entonces los
samaritanos, como nos recuerda el texto, no simpatizaban ni con galileos ni con
judíos y su templo, levantado en la cumbre del Garizín,
rivalizaba con el de Jerusalén. Recordad el episodio de Jesús con la
samaritana, junto al pozo de Jacob.
6.- A Jesús y su pequeña tropa, doce pescadores y cuatro o
cinco mujeres, no les permitieron alojarse en ninguna de sus casas, cosa que
enojó en extremo, principalmente a Juan y Santiago, que no en vano se les
conocía como los hijos del trueno. Se ofrecieron a quemarlos vivos con el
auxilio de Dios, que enviaría rayos, según ellos pensaban. No era este el
propósito de Jesús. Se enfadó con ellos y eso que eran sus predilectos, y
abandonaron a los inhóspitos habitantes. Acordaos de tal proceder cuando alguien
os solicite asilo, no sea que también por vuestra casa pase de largo y después
os quejéis de que Dios no os atiende.
7.- Hay gente que quiere seguir a Jesús disponiendo de
domicilio en la ciudad, un refugio en la montaña y un apartamento junto a la
playa. ¿cómo seguirle? ¿Como
acompañar a quien ni siquiera posee un apartamento alquilado? Otro le propone
ir con él cuando acaben los ritos de enterrar a su difunto padre. En este caso,
algo más debía saber, le dice que debe hacerlo de inmediato. Pretender facilidades,
darse a medias, no es propio de quien a Él quiera unirse.
8.- Acaba el fragmento de hoy con la frase lapidaria: quien
toma el arado y mira atrás, no es digno del Reino de los Cielos. Tal vez hoy
diría: quien escogido matrimonio, disfruta recordando antiguos noviazgos… o
quien se ordena presbítero y se entretiene más tarde añorando enamoramientos
antiguos… o quien se compromete en un movimiento apostólico, en una
congregación o asociación cristiana y vacila y siente nostalgia de otros
procederes, sin rendir en lo que se ha comprometido… La vida cristiana, no lo
olvidéis, mis queridos jóvenes lectores, es una seria aventura, que procura
seria felicidad.