DÉCIMO CUARTO  DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

                                        (Año Impar. Ciclo C)

Lecturas bíblicas:

Abrimos nuestra Biblia y buscamos:

a.-  Is. 66, 10-14: Yo haré derivar hacia ella como un río la paz.

b.- Gál. 6, 14-18: Yo llevo en mi cuerpo las marcas de Jesús.

c.- Lc. 10,1-12.17-20: Vuestra paz descansará sobre ellos.

Esquema

1.- Invocación al Espíritu Santo para que sea ÉL quien ore en nosotros: Ven Espíritu Santo…

2.- Acto Penitencial: Pedimos perdón al Señor, antes de escuchar su Palabra, de todo lo que nos ha impedido orar durante esta semana. Perdón Señor….

3.- Oración colecta: Oh Dios, que por medio de la humillación de tu Hijo levantaste a la humanidad caída, concede a tus fieles la verdadera alegría, para que quienes han sido librados de la esclavitud del pecado alcancen también la felicidad eterna. Por nuestro Señor Jesucristo.

4.- Lectio divina:

a.- ¿Qué dice el texto? Leemos el Evangelio del próximo domingo.

- “Designó el Señor a otros setenta y dos y los envió por delante de dos en dos” (Lc.10,1ss).

El evangelio nos presenta a los 72 discípulos que Jesús convoca para la  misión dirigida a Israel (vv.1-12), y el regreso de esta experiencia (vv.17-20). El  número 70 hace referencia a los pueblos que componían la humanidad (cfr. Gn.10).  Los Doce siguen siendo el fundamento de la Iglesia, pero la misión de Jesús sigue  estando abierta; la mies es mucha y los obreros siguen siendo pocos (cfr. Lc. 9, 1- 16). Los 72, número que refleja plenitud, es signo de todos los  que vendrán con el tiempo a trabajar a su viña, la Iglesia (v.1; cfr. Lc.  10, 1-12). Si enviados de dos en dos,  su testimonio tiene validez jurídica (cfr. Dt. 19,15; Mt. 18,16). “La mies es mucha”, dice Jesús y la mies que ha de recogerse en  el reino de Dios, son los hombres y mujeres por evangelizar. La misión comienza por Palestina, pero  se extiende al  mundo entero. “Rogad a Dueño de la mies” (v.2). Dios dispone de   todo lo que se refiere a la mies, como la acogida del Reino de Dios, obra de su  gracia, ÉL proporciona las vocaciones para el Reino, por ello, Jesús invita a orar  para que Dios suscite el espíritu de los discípulos, que con una entrega total e  indivisa ayuden a ingresar en el Reino de Dios (cfr. 1Cor. 3,7-10; 15,10). Luego vienen detalladas las condiciones a tener en cuenta. Un principio: “Id. Mirad  que os envío como corderos en medio de lobos” (v.3). El  evangelista nos presenta el hecho de ser enviados por Jesús, lo que implica que el  poder de Dios los acompañará y armará. Son enviados y confiados en que el Dueño de la mies, el Pastor de Israel, los  salva y custodia (cfr. Mt.5,3); la pobreza es su carta de presentación, puesto que su única riqueza es la palabra que anunciarán a las gentes para no distraerse por nada (cfr.Lc.6,20; Hch.8,30). Son portadores del don de la paz de Cristo (v.5-7). Los misioneros van de casa en casa, el  saludo de la paz es saludo y don, no es sólo saludo y deseo de bienestar, sino don  de la salvación de los últimos tiempos (cfr. Hch.10, 36). Donde sean recibidos, casa o ciudad, deberán compartir la vida de sus habitantes, sanar a los enfermos, en cambio, donde no sean aceptados deberán sacudir hasta el polvo de sus pies, signo que rechazan cualquier lazos con el pueblo de Dios,  desconocen la hora de la salvación, con lo que se atraen Juicio de condenación  sobre ellos (vv.8-11).

- “Regresaron los setenta y dos, y dijeron: Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre” (Jn.10,17ss).

En un segundo cuadro vemos el regreso de los 72 tenemos el regreso de los discípulos donde se destaca: la  sanación sobre las enfermedades, los hombres acogen la palabra de Dios, pero lo  más llamativo, es la sumisión de los demonios. (cfr. Is. 14, 12.15; Jn. 12, 31). Confirma Jesús el haber  compartido su poder sobre las enfermedades, espíritus malos, (cfr.  Sal.91, 13; Rm. 8, 37-39) con ellos, pero les da la verdadera razón: sus  nombres están inscritos en los cielos, es decir, en el libro de la Vida (cfr. Sal. 69,  29; Ex. 32,52; Is.4,3;56,5; Dn.12,1; Ap.3,5; 13,89), alcanzar la vida de comunión  con Dios definitiva. Con sus humildes fuerzas fueron los que plantaron el Reino de Dios, pero la fuente de alegría no son nuestros esfuerzos sino la voluntad de Dios de llevarnos a ser partícipes en el Reino de su Hijo.     

b.-  Meditación. ¿Qué me dice?  ¿Qué palabra o hecho de este evangelio me habla al corazón? Escoge tu texto o versículo y da razón de tu elección.

- “Los envió por delante…adonde él había de ir” (v.1). Jesús es consciente que no iba allegar a todas partes por eso preparaba discípulos.

- “Rogad al dueño de la mies que envíe obreros a su mies” (v.2). Dios es el Dueño de la mies por lo tanto a su tiempo enviará obreros a su mies. Lo nuestro es orar porque eso ocurra.

- “No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias” (v.4). La única riqueza del misionero es el mensaje que lleva, lo demás es carga inútil. La sobriedad es criterio de conducta y carta de presentación.

- Otros testimonios…

c.- Oración. ¿Qué le digo al Señor Jesús a propósito de este texto? Escoge una palabra con la que inicias tu oración personal.

- “Los envió por delante” (v.1). Señor Jesús, nos enseñas que eres Tú, la única Palabra y  mensaje a comunicar, haz que siempre comuniquemos tu evangelio y no nuestras impresiones. Te lo pido Señor.

- “Rogad al Dueño de la mies, envíe obreros a tu mies” (v.2). Señor Jesús, cumplimos tu mandato y oramos para que envíes vocaciones al matrimonio, sacerdocio, vida religiosa, te lo pido Señor.

- “Alegraos de que vuestros nombres estén escritos en los cielos” (v.20). Señor Jesús, nos alegramos de saber que ya están nuestros nombres escritos en el cielo, haz que nuestro trabajo apostólico sea fecundo al servicio de tu Iglesia. Te lo pido Señor.  

- Otras oraciones…

d.- Contemplación y acción. ¿A qué me compromete este evangelio?

Compromiso. Vivir la misión evangélica con el Espíritu del Señor.

5.- Relectura bíblica que hace S. Teresa de Jesús.

La Santa Madre Teresa, mujer preocupada de  su fe, busca formase en la verdad en  clave bíblica y eclesial. “Tengo por muy cierto que el demonio no engañará, ni lo  permitirá Dios, a alma que de ninguna cosa se fía de sí y está fortalecida en la fe,  que entienda ella de sí que por un punto de ella morirá mil muertes. Y con este  amor a la fe, que infunde luego Dios, que es una fe viva, fuerte, siempre procura ir  conforme a lo que tiene la Iglesia, preguntando a unos y a otros, como quien tiene  ya hecho asiento fuerte en estas verdades, que no la moverían cuantas  revelaciones puedan imaginar  aunque viese abiertos los cielos   un punto de lo que  tiene la Iglesia.” (Vida 25,12)

6.- Alabanza y Adoración. Te alabamos Señor.

- Te alabamos Padre, por la evangelización que lleva delante tu Iglesia en toda la tierra, te alabamos Señor.

- Te alabamos Padre, por tu Hijo, que nos trajo la salvación y hacernos hijos tuyos, te alabamos Señor.

- Te alabamos Padre, desde todos los agentes pastorales, misioneros, que ponen sus vidas al servicio del Evangelio. Te alabamos Señor.

- Te alabamos Padre, porque escritos nuestros nombres en el cielo, somos objeto de tus cuidados paternales y maternales. Te alabamos Señor. 

- Otras alabanzas…

7.- Preces: Oramos Padre… Te rogamos óyenos.

-Te presentamos Padre, la Iglesia, que evangeliza los pueblos y sociedades para que su acción sea fecunda para en bien de futuros cristianos. Te rogamos óyenos.

- Te presentamos Padre, los misioneros que están en lugares de conflicto, los agentes parroquiales, catequistas, para que tu Espíritu Santo los sostenga en su vocación y fidelidad a su tarea evangelizadora. Te rogamos óyenos.

- Te presentamos Padre, la necesidad de vocaciones al matrimonio cristiano, al sacerdocio, a la vida religiosa, para que envíes obreros a tu mies. Te rogamos óyenos.

- Otras preces…

8.- Padre Nuestro

9.- Abrazo de la paz

10.- Bendición final.

“Buscad leyendo y hallaréis meditando; llamad orando y abriros contemplando” (S. Juan de la Cruz).

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P. Julio González C.

Pastoral de Espiritualidad Carmelitana.