XVI Domingo del Tiempo
Ordinario Ciclo C
ACTITUDES
Padre Pedrojosé Ynaraja
1.- Aunque el corto texto del evangelio que la liturgia de
este domingo nos ofrece, sea muy interesante, permitidme, mis queridos jóvenes
lectores que, como casi siempre, me dedique a la primera lectura. Para mí y
para muchos, extraordinariamente interesante.
Os advierto, en primer lugar, y sé que ya otras veces os lo
he dicho, la escena de Mambré, no es un relato, una
historieta, que nos dé noticia de un suceso como tantos, en la vida de Abraham,
el Patriarca, nuestro padre en la Fe. Como el episodio lo he meditado y gozado
muchas veces, acudiré, pues, a ofreceros mi experiencia personal. Si muchas
veces la he leído, unas cuantas la he captado en expresión plástica.
2.- Visitaba y admiraba un día la escena del Génesis,
plasmada en un mosaico de equilibrados tonos azulados, en Rávena, la ciudad
italiana tan poblada de este género de expresión artística. Era una imagen
serena, descriptiva. La podía imaginar en el desierto, a 4km al Este de Hebrón.
Poco después, de vuelta a casa, me paré, como otras veces he hecho, a visitar
el museo del mensaje bíblico de Marc Chagall, en
Niza. La misma escena de Mambré la contemplaba aquí
de una vivacidad del color y una expresión de asombro en la actitud del
Patriarca, que maravillaba. Este pintor no se encasilla en ningún estilo
que no sea el suyo mismo, pero siempre revela su impetuoso entusiasmo, su
apasionado amor que existió en su vida. Sus colores rojos nadie los pinta
igual. Seguramente que todos vosotros conocéis el icono de la Santísima
Trinidad del Antiguo Testamento. Probablemente habréis visto reproducciones del
que pintó Andrei Rublev, en
él nada es descriptivo, todo es simbolismo que uno debe interpretar y
que, generalmente, se le da el sentido de adoración contemplativa.
3.- Por mi parte os diré que en Mambré
he estado unas cuantas veces. Dos lugares, cercanos ellos, se disputan la
autenticidad. En el que pertenece a una comunidad oriental Ortodoxa,
no he podido entrar nunca. Conozco bien el que conserva un pozo profundo y
parte de murallas de lo que debió ser un edificio. En el suelo, por diversos
rincones todavía se ven antiguos mosaicos. La última vez que estuve, no me
atreví a conducir yo y fuimos en taxi. Le costó encontrar el lugar al taxista y
cuando por fin lo encontró, le preguntó al palestino que tenía la llave del
recinto, que qué había allí, que aquellos extranjeros querían visitar. El
guardián le dijo que creía que allí el Profeta había edificado una mezquita. No
es esta mi única decepción. La más evidente es la ausencia de arboleda por
allí. Uno busca una encina y solo llega a ver una esquelética higuera, que
brota en el exterior de un muro.
4.- El sentido obvio del fragmento es un ejemplo de la
hospitalidad de Abraham que de inmediato que ve llegar a aquellos tres varones,
les invita a descansar y a comer, los considera sus huéspedes, puesto que han
pasado cerca de donde él había plantado su tienda. Algo más descubre el
Patriarca. Mucho más es lo que le comunicará el Señor.
Primera reflexión ¿Qué hubiéramos hecho nosotros? ¿estamos preparados para acoger al viajero que pasa a nuestra
vera?
Segunda. ¿Somos capaces de ver con el corazón, con más
profundidad que lo que observan los ojos de la cara?
Tercera la compañía de Dios, ¿nos procura paz y serenidad? o
¿nos dejamos esclavizar por las preocupaciones e intereses que nos envuelven y
que a los demás tanto apasionan?
5.- En el evangelio el episodio es más diminuto de extensión
territorial y duración temporal. No ocurre en el desierto, pasa en una aldea
cercana a Jerusalén que, sin duda, es Betania. Viven allí unos amigos
predilectos del Señor. Dos hermanas son las protagonistas hoy.Las
dos se interesan por el Maestro. Las dos quieren aprovechar la oportunidad de
su visita. Una, Marta, como Abraham, se afana a prepararle alimento. La otra se
limita a contemplarle, a escucharle, a ofrecerle su compañía y amistad.Las actitudes de las dos son buenas. Antes de que
caigan en disputa, Jesús, sin desdeñar lo que le prepara Marta, le señala que
pone tanto esmero en su labor, que pierde la serenidad, que está en peligro de
sentir envidia de la predilección que por María manifiesta. No la aparta,
no. continúa siendo su amigo.
6.- María, dice, ha escogido la mejor parte y nadie se la
quitará. La que ha elegido Marta no dice que sea mala, no. le advierte que tiene
sus peligros. La tradición la llama y elogia como Hospedera del Señor. La
leyenda provenzal, que dice conserva su tumba, admira su buen obrar. (por si no lo sabéis, me estoy refiriendo a Tarascón. Hace un
año gocé visitando esta población de la Provenza francesa y rezando en la
iglesia que dicen conserva su tumba. Y os advierto además, que Marta es la
patrona de Avignon, la ciudad que fue residencia
papal durante un tiempo).
7.- En Betania población, a pocos kilómetros de Jerusalén, me
he parado bastantes veces. He ido a pie algunas, es
una delicia. Me gusta recordar que por allí, cerca de donde se conserva la
tumba de su hermano Lázaro, tenía el Señor sus amigos predilectos. No quiso
escoger el matrimonio, pero sí compartir el gozo de la amistad. Siempre he
celebrado misa rogando por mis amigos y por los amigos de quienes me
acompañaban. La próxima vez, pronto, si Dios quiere, rezaré por vosotros, mis
queridos jóvenes lectores y pienso también que si un día nos encontráramos, me
acogeríais a mí igualmente, a imitación de Abraham, de Marta y María.
Cada uno a su manera.
He titulado actitud a este mensaje, porque es preciso que
cada uno piense, medite y se pregunte, qué es lo que espera y cómo espera el
Señor, que nos aproximemos a Él. Es lo que se llama vocación. Esta prenda
espiritual que nos prepara el Señor no es “pret a porter”. Dios nos la prepara a
cada uno, hecha a medida. No la abandonéis el día que creáis haberla
encontrado.