D O M I N G O XXIX
(C) (Lucas, 18, 1-8)
“Sin oración,
no sólo somos cristianos mediocres, sino cristianos en riesgo” |
- “El auxilio me viene del Señor, que hizo
el Cielo y
En el Evangelio de hoy el Señor nos va a
mostrar, sirviéndose de una Parábola, el cauce más importante por el que
podemos conseguir ese auxilio del Señor: la oración. ¡Es un tema
que olvidan muchos cristianos!
- Juan Pablo II, en una de sus últimas
intervenciones, refiriéndose a esta necesidad que tiene el cristiano de la
oración nos decía: “Sin oración, no sólo somos cristianos mediocres,
sino cristianos en riesgo” (Juan Pablo II)
- Hay que convencerse de que nosotros, sin
El
creyente ha de buscar en la oración las energías necesarias para llevar a cabo
las exigencias de su vocación cristiana.
-
La oración es, como un necesario espacio
de invasión que proporcionamos al Espíritu en nuestra alma,
para que nos infunda la indispensable fuerza de Dios en nuestro combate por el
Reino de los Cielos.
- Y, para explicarnos el Señor "como
teníamos que orar siempre sin descanso", nos propone esta Parábola
de un juez injusto, que no temía a Dios ni a los hombres, y de aquella pobre viuda.
La enseñanza de
Si ese Juez, sin escrúpulos, por razones egoístas y de conveniencia, terminó
haciendo justicia a aquella pobre viuda, ¡Cómo Yo, infinitamente justo y
bueno, que soy vuestro Padre, os voy a dar larga y no voy a escuchar la oración
confiada y perseverante de mis hijos!
- A ti y a mi, que a veces podemos tener la
tentación de pensar que, Dios no nos
escucha, o que, nuestra oración es, como una gota de agua que se pierde
en un Océano, hoy Jesús nos quiere sacar de dudas y nos invita a una plena fe y confianza en ese recurso a Dios que
es la oración.
Pero,¡entendamos
bien la clase de oración que Dios espera de nosotros!
¡Nuestra
oración ha de ser la de…, ¡ a
Dios rogando y con el mazo dando!”
La que, sentenciosamente, nos recomendaba San
Agustín. “Haz lo que puedas, y lo que no puedas pídeselo a Dios”.
Porque la oración, ¡entendámoslo bien!, no es
un chollo que nos evade de nuestros compromisos, o una forma fácil de obtener, "vía
milagro", lo que el Señor nos encomienda conseguir "con el
esfuerzo personal".
- Termina
Cristo preguntándose: “¿Cuando vuelva
el Señor, encontrará esta fe en los hombres? Para poder responderle positivamente, proponte:
¡Ni un solo día sin esa personal “audiencia
privada” con el Señor!
Guillermo Soto