Solemnidad de Todos los Santos (1 de Noviembre)

LA LISTA DE TODOS LOS SANTOS

Padre Pedrojosé Ynaraja


1.- El contenido de esta solemnidad es muy simpático, mis queridos jóvenes lectores, se trata de celebrar la fiesta de nuestros héroes. Si queréis saber quiénes son, mejor dicho cuales están públicamente reconocidos, acudid a un precioso volumen, el último documento oficial que salió del Concilio Vaticano II, el titulado “Martirologio Romano”. Me gusta llamarlo el "Guinness World Records" cristiano. Y como pasa con el de deportes, no están todos los que son, pero, en este caso, sí que son todos los que están. Y os advierto que, pese al encabezamiento, ni todos son romanos, ni tampoco todos mártires, pero se quiso seguir antiguas costumbres, al así llamarlo.

2.- Gracias a Dios, continuamente debería editarse, ya que con mucha frecuencia, se le añaden otros santos a la lista. Y advierto que se trata únicamente de los oficialmente reconocidos, que la solemnidad también acepta a los anónimos. Tengo por costumbre cada día leer el contenido propio de la jornada. No os niego que me costó empezar a hacerlo, ya que durante los cinco y pico cursos que permanecí en el seminario, antes de comer, nos lo leían en lengua latina y en un comedor de fatal sonoridad. Me costó al principio, pero ahora no. Es curioso, o más bien maravilloso, descubrir la gran variedad de maneras de hacerse santo, mientras uno va descubriendo los países por los que el cristianismo ha ido sembrado y los frutos que ha ido dejando.

3.- Aprende uno también geografía histórica y se da cuenta de lo poco que significa la realidad territorial de un país, que un día es de una manera y al cabo un tiempo de otra. Cambia el nombre y la extensión, perdura la santidad, cosa esta que por desgracia estos días muchos olvidan y estimulan luchas sin sentido, ni fundamento antropológico y mucho menos cristiano.

4.- Si son tantas las formas de ser santo, pensándolo bien y leyendo el texto del evangelio de la misa de hoy, uno reconoce que muy bien se resume en el cumplimiento de las bienaventuranzas. Pero el estilo de la brevísima descripción de sus vidas, diferentes todas, y su situación en el espacio tiempo, desconciertan. Piensa uno que si se empezó a redactar hace unos cuantos siglos, no se les ocurrió a los redactores, a Dios gracias, que un día se dispondría de programas de datos. Comentarlas, tal atrevimiento, me exigiría una santidad que no tengo y una extensión que no es propia de este lugar

5.- Os recomiendo, mis queridos jóvenes lectores, que sea cada uno en particular el que traduzca a realidades de nuestro tiempo, conceptos como pobreza, que más bien creo debería llamarse austeridad. Paz que debería implicar compromisos pacifistas auténticos. Persecución, que podría analizarse como marginación… y así sucesivamente. La gran fiesta de fin de curso, mejor dicho de fin de la historia, será un festival donde nada ate al individuo, nada le esclavice, todo sea belleza y amor.

6.- Os lo he dicho otras veces, lo que más me acerca a imaginar ese instante eterno es el ballet. Lloro de emoción al contemplarlo e imaginar que mis seres querido que “me han precedido con el signo de la Fe” gozan de tal situación. No os extrañe, pues, mis queridos jóvenes lectores, la expresión del profeta Jeremías: “se alegrará la doncella en la danza” (31,13)