P E N T E C O S T É S (Juan 20, 19-23)
(A)
¡Ven Espíritu Santo y enciende en nosotros el fuego de tu Amor! |
|
- A propósito de
- En una de sus correrías el Apóstol llegó a
Éfeso, encontró a unos discípulos y les preguntó: “¿Habéis recibido el Espíritu Santo al abrazar la fe?” Ellos, con
sencilla sinceridad le responden: “Ni
siquiera hemos oído hablar de que exista un Espíritu Santo” (Hechos, 19.2)
- Si hiciéramos hoy la misma pregunta a una
inmensa mayoría de cristianos, no voy a decir que contestaran lo mismo porque,
después de XXI siglos, ¿quién no ha oído hablar de la existencia del Espíritu
Santo? Pero…, ¿cuántos de estos cristianos tienen un
sólido conocimiento de
- Los cristianos, sólidamente
formados, que nos atenemos a las palabras de Jesús, sabemos que, el Espíritu
Santo ¡nos es absolutamente indispensable! Así nos lo transmitió Jesús y sus
Apóstoles en reiteradas ocasiones:
1º) “No os dejaré huérfanos…..”
“Yo rogaré al Padre para que os envíe el Paráclito, para que esté
siempre con vosotros. El es, el Espíritu de la verdad, que no puede recibir el
mundo, porque ni lo ve ni lo conoce; vosotros, por el contrario, lo conocéis
porque vive en vosotros y está en vosotros” (.Jn.14, 15-18) ¸
2º) “El Paráclito, el Espíritu Santo a quien mi Padre enviará en mi
nombre, hará que recordéis lo que yo os he enseñado y os lo explicará todo”.
(Jn.14, 26)
3º)
“¿O es que no sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo que habéis
recibido de Dios y que habita en vosotros?” (San Pablo, 1 Cor. 6,19)
- Que el día de Pentecostés nos
sirva para recordarlo y percatarnos de que, aquella extraordinaria
transformación que se operó el día de Pentecostés en la vida de los primeros, es la misma que el Espíritu Santo quiere
realizar ahora en la vida de cada uno de nosotros. Pongámonos “a tiro” de su
Gracia, sobre todo, a través de
Guillermo Soto