GLORIA
A TI
Solemnidad
de la Santísima Trinidad A
7 de junio
de 2020
“En el nombre del Padre y del
Hijo y del Espíritu Santo”
(Mt 28,19)
• Gloria a ti, Padre sin principio y
sin coacción, origen de la luz y de la vida, Señor del tiempo y del espacio.
Dios amor en gratitud hecha promesa, dádiva y pacto, liberación y cercanía,
misericordia y compasión.
Gracias por el milagro del ser y la
existencia. Por la fresca amanecida, y por el lento ocaso que arrulla y
adormenta. Y por ese gesto de tu mano que nos dice y asegura que la puerta de
tu casa nunca tuvo cerrojos contra nuestra libertad. Gracias por ser padre y
salir a recibirnos cuando los sueños se vuelven soledad.
• Gloria a ti, Palabra que resuena por
cerros y vaguadas. Palabra del principio y del final. Modelo para todo lo
creado para el hombre y juez de todo lo urdido por los hombres. Pastor y puerta
del rebaño. Camino, verdad y vida. Mensaje y mensajero, profeta y profecía.
Gracias por haberte humillado hasta el
servicio. Por tu gracia y cercanía. Por tu amistad sin fingimiento. Por tu mano
curadora de sorderas y cegueras. Por escuchar el tintineo de dos monedas de una
viuda. Por tu entrega generosa y tus pasos de hortelano en una sorprendente amanecida.
Gracias por tu nombre de Emmanuel y por quedarte
como tal en los altares.
• Gloria a ti, Espíritu de Dios. que
desde siempre te cernías sobre las aguas primordiales. Aliento de la vida y
viento que se lleva las semillas. Susurro en el silencio del profeta. Brisa en
los calores y vendaval que nos despierta.
Gracias por ese amor que acerca
corazones y teje convivencias. Por los frutos del gozo y el encuentro, la
paciencia y el perdón. Por la gracia
feliz de la armonía. Por llevarnos paso a paso a la sorpresa de la verdad plena
y no soñada. Por ese consuelo indefinible en el oscuro rincón de los sollozos y
por esa voz que remueve las conciencias.
Gloria al Padre, y al Hijo y al
Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de
los siglos. Amén.
José-Román
Flecha Andrés