FIESTA
DE LA SAGRADA FAMILIA: JESÚS, MARÍA Y JOSÉ CICLO B
P.
Emilio Betancur
LA FAMILIA NO ES TODO, PERO NADA SIN
LA FAMILIA.
Desde el
libro del Eclesiástico (Sirácida) “El Señor quiere
que los hijos honren a su padre y reconozcan la autoridad de su madre. El que
respeta a su padre y reconozcan borra sus pecados, y honrar a la madre es
guardar un tesoro; tendrá una larga vida quien honra a su padre; y el que
respeta a su madre será premiado por Dios” (primera lectura). Para para
mantener el ambiente familiar, Pablo dice “sean compasivos, magnánimos,
humildes, afables y pacientes; soportándose y perdonándose cuando haya quejas
de los unos y los otros. Como el Señor los perdonó hagan ustedes lo mismo con
los demás. Y por encima de todo revístanse del amor, que crea la unidad
perfecta. A la paz los llamó el Señor como miembros de un sólo cuerpo (en
familia). Finalmente sean agradecidos, enséñense y aconsejen unos a otros lo
mejor que sepan. Con gratitud alaben a Dios y todo lo que hagan háganlo en
nombre del Señor Jesús en agradecimiento a Él. Pablo hace un fraternal llamado
a las mujeres y maridos para respetar la autoridad y el amor sin rudezas. Hijos
obedezcan en todo a sus padres, porque eso es agradable al Señor; padres no
exijan demasiado a sus hijos, para que no se depriman”. (Col 3,12-21)
SENTIMIENTOS COMUNES EN FAMILIA.
En Mateo la
responsabilidad compartida en relación con Jesús se convierte en una comunión
de estar juntos. Juntos parten de Nazaret a Belén es su primer desplazamiento,
juntos en el nacimiento en Belén, juntos María y José habían llevado al niño a
Jerusalén para presentarlo en el templo, juntos se admiran de las palabras de
Simeón, juntos lo buscan cuando se ha perdido y ambos no comprenden el sentido
de sus palabras cuando les explica el sentido de su relación con su Padre Dios,
juntos cuando la vida de su hijo está en peligro y se requiere desplazarse a
Egipto, juntos en el retorno a Galilea, Nazaret y Cafarnaúm, lugar de
experiencia con los pobres. Juntos como madre y padre fueron los salvadores del
Salvador. Si la Encarnación de Dios en Jesucristo fue por parte de Dios para
hacerse compasivo, humano y solidario y todo lo de Dios pasa por medio de lo
humano; José y María hicieron como padres y en familia, a Jesús como Mesías,
humano.
OBEDECIENDO FUE FIEL A DIOS.
Pero la
relación filial de Jesús con Dios-Padre es más profunda que su relación con sus
padres, María y José; como se da a entender, ellos están en el designio del
Dios-Padre; pero Jesús continuaba siendo su hijo. Partió con ellos y retornó a
Jerusalén y les era sumiso” La paternidad legal que José tiene con Jesús va
cambiando de acuerdo a la edad de Jesús. María y José siendo pobres fueron
escogidos para humanizar al Hijo de Dios, y éste humanizar al hombre. Esta bien decir fiesta de la Sagrada Familia, pero sin
olvidar que es la familia la que humaniza, con el más humano don que es Jesús.
Para Jesús la convivencia familiar significaba la mejor preparación para
humanizar a los hombres en familia. El ideal humano de toda familia puede ser
la familia humana; y por humana sagrada. Además de la familia de carne y hueso esta también la familia en el Espíritu: “Quién es mi madre
y quiénes son mis hermanos? ¿quiénes
son mi padre y mis hermanos? Quien cumple la voluntad de Dios, ése es mi
hermano, mi hermana y mi padre” (Mc, 33.35).
LA RESPONSABILIDAD COMPARTIDA.
Para Lucas es
importante señalar la comunión de José y María en relación a Jesús: Juntos
parten de Nazaret a Belén es su primer desplazamiento, Juntos se encuentran en
Belén, Juntos María y José habían llevado al niño a Jerusalén para presentarlo
en el templo; juntos se admiran de las palabras de Simeón; juntos lo buscan
cuando se ha perdido y ambos no comprenden el sentido de sus palabras cuando
les explica el sentido de su relación con su padre Dios. José vuelve a aparecer
cuando la vida de su hijo está en peligro, para salvar al niño y a María
llevándolos a Egipto. Además del desplazamiento ahora es una familia
desterrada; cuando el peligro cesa, José los retorna a Galilea, Nazaret y
Cafarnaúm, lugar de experiencia con los pobres. José y María, como padre y
madre, fueron los salvadores del Salvador. Si la Encarnación de Dios en
Jesucristo fue ser compasivo y humano; y todo lo de Dios pasa por medio de lo
humano; José y María hicieron como padres y en familia, a Jesús como Mesías,
Compasivo.
Hay una gran
armonía entre María y José, manteniéndose perfectamente unidos y en comunión en
su empeño de cuidar y educar a Jesús acompañándolo en su ejemplo y cuidado en
su formación del Mesías. Pero la relación filial de Jesús con Dios-Padre es más
profunda que su relación con sus padres, María y José. Si lo da a entender en
pérdida en el templo. Ellos si están en el designio del Padre deben comprender
y aceptarla relación de su hijo con su padre, Dios; Pero incluso sabiendo Jesús
y sus padres de la misión de su Hijo; El continuaba siendo hijo de José y
María:” Partió con ellos y retornó a Jerusalén y les era sumiso” (2,51). La
paternidad legal que José tiene con Jesús va cambiando de acuerdo a la edad de
Jesús. Así como cada familia debe ser una iglesia doméstica, una iglesia en
pequeño, así la iglesia es una familia en grande, universal. Sintiéndonos
fraternalmente unidos, miembros de una misma familia, roguemos con fe: Bendice
Señor nuestras familias que nos dieron la vida, educaron en la fe y nos amaron mas de lo que nosotros creíamos.
Bendice, Señor, a todas las familias, que brillen como lugares en los que se
aprende a amar, perdonar. Bendice, Señor, a las familias que sufren por falta
de unión y entendimiento, llegando tal vez a la ruptura y la separación.
Bendice, Señor, a los legisladores de todos los países, que dicten leyes justas
y razonables en favor de las familias, incluyendo las propias. Bendice, Señor,
a los miembros de todas las familias del mundo, nuestros familiares que han
muerto, como victimas de la pandemia; que sean
nuestros protectores desde el cielo e intercesores de nuestra sanación. Así
sea.
UN PADRE QUE HIZO DE SU CASA UN LUGAR
DE SALVACIÓN.
José es el
icono de un buen padre, formado en su casa bodega, de talla de madera, admirado
por todos sus clientes no sólo por ser un buen artesano, profesional en su
trabajo, sino por la excelente conformación de su hogar, llamado sagrada
familia; y su cuidadosa relación con los vecinos y demás personas de su pueblo
Nazaret.
La vida lo
talló como la piedra; lo cual hacia parte de su ser mesiánico José nunca
consideró el trabajo sólo como instrumento de bienestar material; por ello el
trabajo nunca le originó nervios, mucho menos competencia desleal o litigios
laborales. “Sea que comamos o bebamos, o sea que hagamos cualquiera otra cosa,
hagámoslo todo para la gloria de Dios” (1 Cor 10,31).
Todo trabajo, por la variedad de sus expresiones, sus relaciones, y sus
dificultades para superar; ofrece ocasiones y motivos válidos para que en ellos
aparezca la calidad cristiana del servicio y el amor. Demos gracias a Dios
porque su amor de Padre pasa por la ternura, el cuidado y la autoridad de
nuestros padres: quienes nos enseñan que la felicidad se fabrica en casa.