LA SABIDURÍA Y LA PALABRA
Domingo 2º después de Navidad. B.
3 de enero de 2021
“Desde
el principio, antes de los siglos, me creó, y nunca jamás dejaré de existir... Arraigué
en un pueblo glorioso, en la porción del Señor, en su heredad”. El Eclesiástico
ha personificado a la sabiduría. Ha sido creada por Dios antes del comienzo del
mundo y ha sido enviada para habitar
entre los hombres. Desde Jerusalén guía al pueblo elegido y a todos los que
tratan de buscar a Dios.
En el
estribillo al salmo responsorial se proclama el misterio que hoy se celebra:
“El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros”. La Palabra de Dios no
permanece lejana. Se ha hecho peregrina y acompaña nuestro camino. Ha plantado
su tienda de campaña entre las nuestras.
En la
segunda lectura se da cuenta de la oración que el Apóstol eleva por los fieles
de Éfeso: “Que el Padre de la gloria os dé espíritu de sabiduría y revelación
para conocerlo, e ilumine los ojos de vestro corazón para que comprendáis la
esperanza a la que os llama, cuál es la riqueza de gloria que da en herencia a
los santos” (Ef 1,17-18).
UNA
PALABRA PEREGRINA
Así
pues, tras celebrar el nacimieto de Jesús nos detenemos a contemplarlo como lo
que es en realidad. La Sabiduría y la Palabra de Dios, que se ha hecho mensaje
de vida, se ha hecho carne y presencia. Así no los recuerda el comienzo del
evangelio según San Juan (Jn 1,1-8). ¿Qué puede significar para nosotros esta especie
de poema?
• En este
texto se nos descubre la semejanza entre el Verbo de Dios y la Sabiduría de
Dios. El Verbo, es decir, la Palabra, estaba junto a Dios y con él creó todo lo
que existe. Y todo lo que existe se orienta hacia ella. La Palabra de Dios es
vida e ignorarla nos arrastra a la muerte. La Palabra de Dios es luz para
nuestros pasos. Sin ella nos condenamos a caminar en tinieblas.
• En este
texto se nos dice, además, que la Palabra de Dios ha bajado a nuestra tierra. El
pueblo de Israel que peregrinaba por el desierto, sabía que la gloria de Dios
se alojaba en una tienda en medio del campamento. Nosotros creemos que la
Palabra de Dios se ha hecho carne humana en Jesús y habita entre nosotros. Hemos
recibido el privilegio de contemplar su gloria.
• En este
texto se revela la Palabra de Dios que, siendo eterna, se ha hecho temporal. Se
identifica con el Hijo único de Dios. Esa es nuestra fe. Reconocemos en Jesús
de Nazaret la Palabra de Dios que nos salva y nos guía, nos rescata y nos
interpela, nos alienta y sostiene nuestra esperanza. Esa Palabra nos ilumina en
el presente y nos juzgará en el último día.
LA
VERDADERA LIBERTAD
En
este comienzo del Evangelio según san Juan, se nos presenta todavía una
contraposición sorprendente: “La Ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la
verdad nos han llegado por medio de Jesucristo”. Así pues, el nacimieto de
Jesús es el eje sobre el cual giran la antigua y la nueva alianza.
• “La
Ley se dio por Moisés”. Hoy tenemos que padecer leyes inicuas. Para el pueblo
de Israel, la Ley no era un peso, sino un don de Dios que marcaba el camino de
la liberación. Moisés habia sido elegido para sacar a su pueblo de la
esclavitud de Egipto. Por medio de él, Dios ofrecía a su pueblo una alianza. Ser
fieles a la Ley recibida por medio de Moisés era la garantía de la libertad.
• “La
gracia y la verdad nos han llegado por medio de Jesucristo”. He ahí los grandes
dones de Dios. La gracia y la verdad no pueden ser descubiertas y conseguidas
por el esfuerzo humano. Jesús es el intermediario de esta nueva alianza.
Escuchar la Palabra de Dios, que se ha hecho carne en Jesús, es el único camino
para alcanzar la vida verdadera y la verdadera libertad.
-
Señor Jesús, la celebracion de tu nacimiento nos ha ayudado a descubrirte, como
los pastores de Belén, en la pobreza y la humildad. Pero la meditaciòn sobre tu
misterio y tu misión nos lleva a reconocerte como la Palabra de Dios. En ti se nos
revela la misericordia de Dios. Y se nos revela también la miseria del hombre.
Pero también se nos revelan la libertad y
la gloria a las que hemos sido convocados. Bendito seas por siempre.
Amén.
José-Román Flecha Andrés