LA BÚSQUEDA

Domingo 5º del Tiempo Ordinario, B.

7 de febrero de 2021

 

“Todo el mundo te busca”

(Mc 1,37)

 

Señor Jesús, el evangelio de Marcos nos dice que con esa frase te recibieron tus discípulos, al reencontrarte en la madrugada, después que te habías retirado a orar en solitario.

La frase parece demostrar que se mostraban felices al comprobar que eras importante para la gente. Tal vez esa experiencia les hacia sentirse más seguros de haber decidido escuchar tu llamada. Todos necesitamos saber que nuestras opciones son apoyadas por los demás.

Pero a veces me pregunto si con esa frase no te estaban reprochando que te hubieras alejado de las gentes. Tal vez consideraban que retirarte a orar a solas era una pérdida de tiempo. O era una pérdida de oportunidades para que las gentes te conocieran y reconocieran como un sanador de sus dolencias.

Quién sabe si la mayor pate de ellos tenían prisa. Esperaban que trajeras la salvación a su pueblo. Y consideraban que no debías perder tiempo retirándote a solas en lugares alejados de las gentes.

Hoy tengo que confesar que esta frase de los discípulos me inquieta por otros motivos. Veo que son muchas las personas que te buscan. A veces creo que te buscan por inercia. Porque en su familia o en su pueblo tú eras importante. O porque piensan encontrar en ti la curación de su dolores o un remedio para su fracaso.

Pero yo no tengo derecho a pensar que su búsqueda no es auténtica. No tengo un instrumento para medir la cantidad ni la calidad de la fe de los demás. Y, además, bien sé que yo mismo no siempre te he buscado con rectitud de corazón. A veces he buscado el premio de mi Señor más que al Señor mismo.

Y, finalmente, he de confesarte un pecado aun más vergonzoso. Hoy me pregunto si no me molestará que te busquen a ti y que no me busquen a mí. Yo sé que tú me comprendes. Y que, a pesar de todo, estás dispuesto a perdonarme. Porque conoces mi debilidad y mi flaqueza. Y, sobre todo, porque tú sí que me buscas a mí.

 

José-Román Flecha Andrés