III DOMINGO DE CUARESMA (B)  (Juan 2, 13-25)

 

-  ¡Sorprende ver a Jesús echando mano de todos los resortes de su energía!

 Sobre todo si recordamos que, El nos había dicho de sí: “Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón”.

- En pocas ocasiones desata el Señor la dureza de sus gestos. Pero lo hizo en situaciones muy puntuales: a) Para reprobar la hipocresía y doble vida de los fariseos y hoy: b) Para reprender el mal uso y la profanación de su Templo.

   Y, ¿Qué razón tuvo, en esta ocasión, para no reprime su santa ira?

 

-  Nos lo aclaran, los discípulos, a los que, la ira de Jesús les recordó la S.E.: “El celo de tu casa me devora”.(Sl. 69-10) Y el propio Cristo: (Jn. 2-17)

                  “No convirtáis en un mercado la casa de mi Padre”.

- Esta enérgica actitud del Señor, en defensa de la Casa de su Padre, contiene importantes lecciones para nosotros:

    1ª) Si con esa energía exigió Jesús respeto al Templo, cuando este sólo era: la Casa de su Padre y un lugar de oración, ¿qué se nos ha de exigir hoy a nosotros cuando los Templos son, morada del mismo Dios por su presencia real en la Sagrada Eucaristía?.

- No deja de ser paradójico que a nosotros, ¡todo nos parece poco cuando de nuestra persona se trata! (y nos cuesta saber los límites entre lo superfluo y lo necesario), cuando del enriquecimiento del Culto y del esplendor de la Casa de Dios se trata, nos entra una extraña sensibilidad por la que, todo nos parece un “derroche” y hasta, como los fariseos, sacamos a colación a los pobres.

”Cuando los enamorados se regalen hojalata, entonces la pondré yo en mis Sagrarios”,  solía decir San José Mª Escrivá

   2ª) Una segunda lección es consecuencia de la primera y es que, si ese celo, esa estima y esa consideración deben merecernos los “templos materiales”, ¡en cuánto más aprecio y consideración debemos tener los “templos vivos” que somos, cada uno de los bautizados!

-   Dios habita en toda alma en Gracia: “¿No sabéis que sois Templo de Dios y que el Espíritu Santo habita en vosotros?”  (I Cor.3-16)

- ¡Qué buena consideración para esta Cuaresma y que tiempo tan propicio para disponerle al Señor, en nuestro  corazón, la mejor de las moradas!                                                                               Guillermo Soto                                                                                    

 

 

                P R O E M I O   III Dom. Cuaresma. (Ciclo B)

 

“¿No sabéis que sois Templo de Dios y que el Espíritu Santo habita en vosotros?”  (I Cor.3-16)

 

-          Esta interrogante de San Pablo viene a colación del Evangelio de San Juan, de este tercer Domingo de Cuaresma, en el que se nos describe la indignación de Jesús al ver profanado aquel templo material, que era la Casa de su Padre. Y cabe preguntarse: ¿Cuánto más puede dolerle hoy a Jesús la profanación, por el pecado, de esos otros “Templos vivos de Dios” que son nuestras almas en Gracia?

 

-          Una buena pregunta para una oportuna respuesta en este tiempo de Cuaresma.                                                                          Guillermo

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