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Salmos diarios, Ciclo II, Año Par. Explicados
II Semana de Adviento
Martes
Salmo 95
El Salmo comienza con una invitación festiva a alabar a Dios, invitación que se
abre inmediatamente a una perspectiva universal: “cante al Señor, toda la tierra”
(v. 1). Los fieles son invitados a contar la gloria de Dios “a los pueblos” y después a
dirigirse a “todas las naciones” para proclamar “sus maravillas” (v. 3). Es más, el
salmista interpela directamente a las “familias de los pueblos” (v. 7) para invitar a
dar gloria al Señor.
“Canten al Seor un cántico nuevo” ¿Cmo cantar un cántico nuevo? El cántico
puede ser el mismo, pero el espíritu con que lo canto ha de ser nuevo cada día. El
fervor, el gozo, el sonido de cada palabra y el vuelo de cada nota han de ser
diferentes cada vez que esa nota sale de mis labios, cada vez que esa oración sale
de mi corazón.
Ese es el secreto para mantener la vida siempre nueva, y así, al pedirme que
cante un canto nuevo, me estás enseñando el arte de vivir una vida nueva cada día
con la lozanía temprana del amanecer en cada momento de mi existencia. Un
cántico nuevo, una vida nueva, un amanecer nuevo, un aire nuevo, una energía
nueva en cada paso, una esperanza nueva en cada encuentro. Todo es lo mismo y
todo es distinto, porque los ojos, que miran los mismos objetos que ayer, son
nuevos hoy.
Este es el cántico nuevo que llena mi vida y llena el mundo que me rodea, el
único canto que es digno de Aquel cuya esencia es ser nuevo en cada instante con
la riqueza irrepetible de su ser eterno. «Canten al Señor un cántico nuevo, canten
al Señor toda la tierra; canten al Señor, bendigan su nombre, proclamen día tras
día su victoria”.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)