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Salmos diarios, Ciclo II, Año Par. Explicados
II Semana de Adviento
Jueves
Salmo 144
Hemos elevado la oración del Salmo 114, una gozosa alabanza al Señor que es
exaltado como un rey cariñoso y tierno, preocupado por todas sus criaturas. “Dios y
rey mío, yo te alabaré”. El salmo 144 nos dice que la realeza divina no es altanera,
sino que se manifiesta en su relación con los más frágiles e indefensos. El Señor es
un “rey amoroso y atento a sus criaturas”. El salmista “dirige su atencin al amor
que el Seor reserva en modo particular para el pobre y el débil”.
“La realeza divina no es, por tanto, desasida y altanera, como puede suceder a
veces en el ejercicio del poder humano. Dios expresa su realeza al inclinarse ante
las criaturas más frágiles e indefensas. Dios es antes que todo un padre que
„sostiene a aquellos que vacilan‟ y levanta a aquellos que han caído en el polvo de
la humillacin”.
Que te alaben, Seor, todas tus obras…”: es una invitación a alabar y bendecir
al Señor y su nombre, es decir, a su persona viviente y santa que obra y salva en el
mundo y en la historia”. La divinidad y la realeza de Dios se manifiestan en la
resurrección de Jesús, ante la cual surge la acción de gracias confiada de la
comunidad cristiana que se une a la alabanza de toda la creación.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)