1
Salmos diarios, Ciclo II, Año Par. Explicados
II Semana de Adviento
Sábado
Salmo 79
El salmo 79 es un canto marcado fuertemente por el sufrimiento, pero también
por una confianza inquebrantable. Dios siempre está dispuesto a “volver” hacia su
pueblo, pero es necesario que también su pueblo “vuelva” a él con la fidelidad. Si
nosotros nos convertimos del pecado, el Seor se “convertirá” de su intencin de
castigar: esta es la convicción del salmista, que encuentra eco también en nuestro
corazón, abriéndolo a la esperanza.
“Visita, oh Seor, tu via”. La imagen de la viña “representa por un lado el
don, la gracia, el amor de Dios; por otro, exige al trabajo del campesino”; y por
tanto “representa la respuesta humana, el compromiso personal y el fruto de obras
justas”.
“El Salmo recuerda que por la via de Dios ha pasado la tempestad, es decir,
Israel ha sufrido una prueba áspera, una dura invasión que ha devastado la tierra
prometida”. Dios está siempre dispuesto a „volver‟ a su pueblo, pero es necesario
que también su pueblo „vuelva‟ a El en la fidelidad”.
Esta viña de Dios es la Iglesia, que extiende sus pámpanos hasta el mar y sus
brotes hasta el Gran Río. El Señor es la verdadera vid, nosotros los sarmientos y su
Padre el labrador. De las cepas de los Patriarcas y los Profetas, ha germinado
Cristo, como un vástago prodigioso. La antigua viña infiel ha sido renovada por Él y
de ella ha nacido la Iglesia, plenitud de Cristo mismo, que forma con Jesús una
misma cosa y se extiende y dilata sobre toda la superficie de la tierra.
Así también nosotros, via de Jesús, “si nos convertimos del pecado, el Señor
se „convertirá‟ de su intención de darnos los que merecen nuestras obras: esta es la
convicción del salmista, que encuentra eco en nuestros corazones, abriéndolos a la
esperanza.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)