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Salmos diarios, Ciclo II, Año Par. Explicados
Día 22 de Diciembre
1 Samuel 2
El emocionado cántico de Ana, la madre de Samuel (1Sam 2, 1-10), lo hemos
dicho como salmo responsorial, y es fácil ver cómo las ideas son muy semejantes a
las que la Virgen María cantará en su Magnificat: Dios ensalza a los pobres y los
humildes, mientras que humilla a los soberbios.
Este canto es un espejo del alma de María... Recordemos que Ana, la esposa
de Elcaná, avergonzada por su esterilidad, había pedido insistentemente en su
oración poder superar esta afrenta. Vuelve al Templo a dar gracias a Dios por haber
sido escuchada, porque ahora es madre de Samuel, que será un personaje
importante en la historia de Israel, lo hace con estas palabras: “mi corazn se
alegra en el Seor…”
En Oriente la alegría conduce fácilmente al canto y la improvisación poética.
Así cantó María, la hermana de Moisés; así Débora, la profetisa; así Ana, la madre
de Samuel. Así estallan en cantos y oraciones aún hoy las mujeres semitas en las
horas de gozo.
En el canto de María se encuentran todas las características de la poesía
hebrea: el ritmo, el estilo, la construcción, las numerosas citas. En rigor, María dice
pocas cosas nuevas. Casi todas sus frases encuentran numerosos paralelos en los
salmos (31, 8; 34, 4; 59, 17; 70, 19; 89, 11; 95, 1; 103, 17; 111, 9; 147, 6), en
los libros de Habacuc (3, 18) y en los Proverbios ( 11 y 12). Y sobre todo en el
cántico de Ana, la madre de Samuel (1Sam 2, 1-11) que será casi un ensayo
general de cuanto, siglos más tarde, dirá María en Ain Karim.
Pero si las palabras provienen en gran parte del antiguo testamento, la música
pertenece ya a la nueva alianza. En las palabras de María estamos leyendo ya un
anticipo de las bienaventuranzas y una visión de la salvación que rompe todos los
moldes establecidos. Al comenzar su canto, María se olvida de la primavera, de
la dulzura y de los campos florecidos que acaba de cruzar y dice cosas que
deberían hacernos temblar.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)