1
Salmos diarios, Ciclo II, Año Par. Explicados
Día 2 de Enero
Salmo 97
El Salmo 97 se trata de un himno al Señor, rey del universo y de la historia (v.
6). Es definido como un “cántico nuevo” (v. 1), que en el lenguaje bíblico significa
un cántico perfecto, rebosante, solemne, acompañado por música festiva.
Tanto la Liturgia como la tradición cristiana, nos invitan a alabar con un
cántico nuevo (v. 1) al Niño de Belén, en quien se manifiesta el amor de Dios Padre
en favor de la Iglesia, el nuevo Israel. La alabanza a Cristo, aprendida en la escuela
de este salmo, es el fruto de la alegría que suscita su Nacimiento en un corazón
admirado y agradecido de sentirse salvado por su Señor, que aparece en la verdad
de nuestra misma carne. En un famoso himno navideño del año 331 se recogen
estas palabras: “No rechaza el pesebre, ni dormir sobre unas pajas; tan solo se
conforma con un poco de leche, el mismo que, en su providencia, impide que los
pájaros sientan hambre”.
Venidos desde los confines de la tierra, los Magos conocieron al Niño Dios.
Ellos son los primeros, de entre todas las naciones, a quienes se les revela la
misericordia divina: la primera epifanía del Unigénito a los gentiles, que nace de
una madre Virgen para salvar al mundo. Una colecta de la liturgia de Adviento sirve
para convertir en oración estos sentimientos: “Suban, Señor, a tu presencia
nuestras súplicas y colma en tus siervos los deseos de llegar a conocer en plenitud
el misterio admirable de la Encarnación de tu Hijo. Que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén”
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)