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Salmos diarios, Ciclo II, Año Par. Explicados
Día 7 de Enero
Salmo 2
Tú eres mi Hijo amado en quien tengo puestas mis complacencias. Hoy, el
hoy de la eternidad, el eterno presente en el que es engendrado el Hijo de Dios por
el Padre Dios, lo hace igual a Él en el ser y en la perfección, de tal forma que quien
contempla al Hijo contempla al Padre, pues el Hijo está en el Padre y el Padre en el
Hijo.
A nosotros corresponde reconocer al Hijo de Dios, encarnado, como Señor de
nuestra vida siéndole fieles al escuchar su Palabra y ponerla en práctica;
postrándonos de rodillas ante Él para estar atentos a su voluntad y permitirle que Él
lleve a efecto su obra salvadora en nosotros.
Aquel que vive en la rebeldía a Jesucristo, aquel que va por caminos de
pecado y de muerte, a pesar de que acuda a dar culto a Dios, no le pertenece a
Dios, pues sus obras son malas.
Manifestemos nuestra fe no sólo con palabras, sino con una vida íntegra
entregada a realizar el bien conforme a las enseñanzas del Señor. Entonces
estaremos demostrando, con la vida misma, que en realidad pertenecemos al Reino
y familia de Dios.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)