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Salmos diarios, Ciclo II, Año Par. Explicados
I Domingo del Tiempo Ordinario
Miércoles
Salmo 39
¿Acaso no se complace más el Señor en la obediencia a su Palabra que en
holocaustos y sacrificios? No podemos hacernos acreedores a aquel reproche que
hizo el Señor en la Antigua Alianza: Este pueblo me honra con los labios, pero su
corazón está lejos de mí.
Jesucristo, el Hijo de Dios, se hizo hombre para ser en todo fiel a la voluntad
de su Padre Dios. Incluso llegó a decir: Mi alimento es hacer la voluntad de Mi
Padre; Yo no hago sino lo que le veo hacer a mi Padre; mi Padre trabaja y yo
también trabajo. Mi Padre y Yo somos uno.
Quienes creemos en Cristo debemos ser conscientes de que, unidos a Cristo,
hemos de vivir en la fidelidad a la voluntad de Dios sobre nosotros; fidelidad que
nos ha de llevar a cargar nuestra cruz de cada día y seguir las huellas de Cristo;
fidelidad que nos ha de llevar a amar a nuestro prójimo como nosotros hemos sido
amados por Dios.
Eso es lo que le hemos visto hacer a Cristo; no queramos inventarnos un
camino al margen del que Él ya nos ha mostrado. Que sepamos decir como Él: Aquí
estoy, Señor, para hacerte voluntad.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)