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Salmos diarios, Ciclo II, Año Par. Explicados
II Domingo del Tiempo Ordinario
Martes
Salmo 88
En el Salmo 88 hemos leído: “El (David) me invocará diciendo: tú eres mi
padre... Y yo te haré mi primogénito, el más excelso de los reyes de la tierra” (Sal.
80, 27-28).
Toda la tradición, desde la generación apostólica, han visto en David rey el
gran tipo de Cristo.
Él es verdaderamente el primogénito del Padre, su trono es eterno, vence a
los enemigos y extiende su poder a todo el mundo; él es el Ungido que recibe una
descendencia perpetua.
La paradoja es que el Padre permitió a su Hijo pasar por la afrenta y la
derrota, lo hizo entrar en la zona de la cólera divina, en la dimensión contada del
tiempo humano; sostuvo a sus enemigos y lo dejó bajar hasta la muerte.
Sólo en Jesucristo alcanza este salmo pleno sentido. Sólo El puede decir a
plenitud: “Tú eres mi Padre”. El es el verdadero “Mesías”, el “Ungido” (en griego
“Cristos”), consagrado por el Espíritu Santo.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)