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Salmos diarios, Ciclo II, Año Par. Explicados
I Semana de Cuaresma
Jueves
Salmo 137
El salmo 137 es el himno de acción de gracias de un rey que, superados los
peligros de la guerra y vencidos los enemigos, va al templo a dar gracias a Dios por
la victoria, confesando que el triunfo ha sido consecuencia de haber pedido el
auxilio de Dios: Te doy gracias, Señor, de todo corazón, porque, cuando te invoqué,
me escuchaste y, cuando caminé entre peligros, me conservaste la vida. Te doy
gracias, Señor, de todo corazón, porque, cuando te invoqué, me escuchaste y,
cuando caminé entre peligros, me conservaste la vida.
Es fácil rezar este salmo con nuestros ojos puestos en Cristo, que “ora en
nosotros como cabeza nuestra” (S. Agustín, Comentario al salmo 85,1). El Señor,
en efecto, verdadero rey del nuevo pueblo de Dios, al emprender, en su pasión, la
lucha contra el pecado y la muerte, invocó a Dios, su Padre, y Dios le escuchó,
caminando entre peligros; a pesar de haber penetrado incluso en el sepulcro, le
conservó la vida, y, por eso, ahora, delante de los ángeles, le da gracias de todo
corazón.
Contemplemos, a través de este salmo, la victoria de Cristo, nuestro rey,
demos gracias al Señor de todo corazón por esta victoria, que redunda en bien de
todos los hombres, y pidamos a Dios que no abandone la obra de sus manos,
iniciada en la resurrección de Cristo, sino que complete sus favores con nosotros,
llevando a todos los hombres a una salvación semejante a la de su Hijo.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)