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Salmos diarios, Ciclo II, Año Par. Explicados
V Semana de Cuaresma
Miércoles
Daniel 3, 52-56
El salmo responsorial de hoy es del libro de Daniel: es un cántico de alabanza
a Dios: “a ti gloria y alabanza por los siglos”. Estas alabanzas así brotar de
corazones realmente libres. En efecto, en este cántico se refleja el alma religiosa
universal, que percibe en el mundo la huella de Dios, y se eleva a la contemplación
del Creador.
El himno se presenta como acción de gracias elevada por los tres jóvenes
israelitas -Ananías, Azarías y Misael- condenados a morir en un horno de fuego
ardiente, por haberse negado a adorar la estatua de oro de Nabucodonosor, pero
milagrosamente preservados de las llamas.
Nosotros podemos descubrir una relación entre la liberación de los tres
jóvenes, de los que se habla en el cántico, y la resurrección de Jesús. En esta
última, los Hechos de los Apóstoles ven escuchada la oración del creyente que,
como el salmista, canta confiado: “No abandonarás mi alma en el Hades ni
permitirás que tu santo experimente la corrupción” (Hch 2, 27, Sal 15, 10).
Desde esta óptica podemos mirar con ojos nuevos la creación misma y
gustar su belleza, en la que se vislumbra el amor de Dios. Hoy podemos contemplar
la creación y elevar nuestra alabanza a Dios, manantial último de toda belleza:
“Bendito seas para siempre, Señor,” “a ti gloria y alabanza por los siglos”.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)