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Salmos diarios, Ciclo II, Año Par. Explicados
V Semana de Cuaresma
Viernes
Salmo 17
Jeremías representa a tantas personas a quienes les toca sufrir en esta vida,
pero que ponen su confianza en Dios y siguen adelante su camino. De tantas
personas que pueden decir con el salmo de hoy: «en el peligro invoqué al Señor y
me escuchó».
Con el Salmo 17 meditamos el dolor y las afrentas en las persecuciones. Es
como la oración de Cristo en su Pasión. Fue perseguido, pero también triunfó. El
cristiano puede recitar este salmo en sus tribulaciones y dolores: “En el peligro
invoqué al Señor y me escuchó. Yo te amo, Señor, Tú eres mi fortaleza, Dios míos,
peña mía, refugio mío, escudo mío, mi fuerza salvadora, mi baluarte…”
Dios, por medio de su Hijo, Cristo Jesús, se ha convertido para nosotros en
nuestro poderoso Salvador. Mediante su Muerte y Resurrección nosotros hemos
sido liberados del pecado y de la muerte. Hechos hijos de Dios estamos llamados a
participar de la vida eterna. Por eso, reconociendo que somos pecadores, si nuestra
fe en Cristo es sincera, sepamos acercarnos con plena confianza al trono de la
gracia, a fin de obtener misericordia y encontrar la gracia de un socorro oportuno.
Dios no sólo quiere ser nuestro Salvador; quiere que su Iglesia sea también
un signo de su salvación para toda la humanidad. Por eso la Iglesia no sólo se
contempla a sí misma en una relación personalista con Dios, sino que vive de cara a
la humanidad, para trabajar constantemente por el bien de todos en todos los
niveles, hasta que todos logremos vivir unidos como hermanos y sepamos, ya no
destruirnos, sino amarnos conforme al mandato y al ejemplo que hemos recibido
del Señor.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)