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Salmos diarios, Ciclo II, Año Par. Explicados
III Semana de Pascua
Lunes
Salmo 118
El título de este salmo canta las Excelencias de la ley de Dios . En cada uno
de los ocho versos de la estrofa se menciona la ley divina designada con una
palabra distinta: Ley, mandamientos, juicios, estatutos, etc. El salmo canta a las
excelencias de la Ley divina, respondiendo a los escépticos que vivían al margen de
ella. La Ley es el reflejo de la voluntad divina, y por eso debe ser objeto de
constante meditación.
El autor del salmo 118 es un piadoso israelita, enamorado de la ley de Dios,
que sufre las burlas de un ambiente de indiferencia religiosa que desprecia su
proceder y prefiere dedicarse a los propios intereses antes que meditar la ley de
Dios y poner en ella su esperanza.
El ambiente de indiferencia religiosa no fue privativo de muchos hijos de
Israel, sumergidos entre pueblos que les aventajaban culturalmente casi siempre.
También hoy la Iglesia cristiana, sumergida en culturas y técnicas muy
adelantadas, puede tener la tentación de hacer de ellas su dios y olvidar el
Evangelio, la ley de Dios. Por ello, la oración del joven israelita autor del salmo es
muy apta para empezar nuestra jornada cristiana: Aunque se acerquen, Señor, mis
inicuos perseguidores, que quisieran apartarme de tu ley, prometiéndome otras
felicidades, yo me adelanto a la aurora, esperando tus palabras .
Nuestros ojos, Señor, se adelantan a la aurora meditando tu promesa; danos
vida con tus mandamientos, pues, sumergidos en las dificultades de la vida, sin tu
ayuda desfalleceríamos ante nuestros inicuos perseguidores. Te lo pedimos por
Jesucristo nuestro Señor.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)