1
Salmos diarios, Ciclo II, Año Par. Explicados
III Semana de Pascua
Viernes
Sábado
Salmo 115
Este salmo 116, que hemos rezado, es una composición eucarística o de
acción de gracias con dos partes: a) liberación de un inminente peligro de muerte
como consecuencia de una enfermedad (vv. l-9) b) himno de acción de gracias por
el beneficio obtenido (vv. 10-19). El título de este salmo es Acción de gracias por
haber sido preservado de la muerte. El salmista da gracias a Dios porque le ha
librado de un peligro próximo de muerte: nuestra máxima acción de gracias es la
celebración del sacrificio eucarístico.
San Basilio Magno, comenta el salmo 115 , enumerando los dones que hemos
recibido de Dios a lo largo de la vida, retomando la pregunta “„¿ Cómo pagaré al
Señor todo el bien que me ha hecho ?, expresa: Alzaré el cáliz de la salvación‟. El
salmista ha comprendido los numerosísimos dones recibidos de Dios: del no ser ha
sido llevado al ser, ha sido plasmado de la tierra y dotado de razón...; luego ha
conocido la economía de la salvación en favor del género humano, reconociendo
que el Señor se ha entregado a sí mismo en redención en lugar de todos nosotros,
y, buscando entre todas las cosas que le pertenecen, no sabe cuál don será digno
del Señor. „¿ Cómo pagaré al Señor ?‟. No con sacrificios ni con holocaustos..., sino
con toda mi vida. Por eso, dice: “Alzaré el cáliz de la salvación”, llamando cáliz al
sufrimiento en la lucha espiritual, al resistir al pecado hasta la muerte. Esto, por lo
demás, es lo que nos enseñó nuestro Salvador en el Evangelio: “Padre, si es
posible, pase de mí este cáliz”; y de nuevo a los discípulos, “¿Podéis beber el cáliz
que yo he de beber?”, significando claramente la muerte que aceptaba para la
salvación del mundo” ( PG XXX, 109), transformando así el mundo del pecado en un
mundo redimido, en un mundo de acción de gracias por la vida que nos ha dado el
Señor.
Padre admirable, Dios nuestro, que, con la muerte y la resurrección de tu
Hijo Jesucristo, nos has llenado de esperanza, haz que nuestra existencia sea una
continua acción de gracias, para que todos los hombres puedan llegar a conocerte y
glorificarte, hasta alcanzar la plenitud de tu amor y de tu vida. Por Jesucristo
nuestro Señor.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)