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Salmos diarios, Ciclo II, Año Par. Explicados
IV Semana de Pascua
Jueves
Salmo 88
El salmo 88 fue elegido para servir de respuesta a esta lectura: “Sellé una
alianza con mi elegido jurando a David mi siervo: Te fundaré un linaje perpetuo
edificaré tu trono para todas las edades”.
Toda la tradición, desde la generación apostólica, han visto en David rey el
gran tipo de Cristo. Él es verdaderamente el primogénito del Padre, su trono es
eterno, vence a los enemigos y extiende su poder a todo el mundo; él es el Ungido
que recibe una descendencia perpetua.
La paradoja es que el Padre permitió a su Hijo pasar por la afrenta y la
derrota, lo hizo entrar en la zona de la cólera divina, en la dimensión contada del
tiempo humano; sostuvo a sus enemigos y lo dejó bajar hasta la muerte.
¿Dónde quedaba la misericordia y la fidelidad del Padre? Todos los títulos y
todos los poderes se los da el Padre a su Hijo, de modo nuevo y definitivo, en la
resurrección. A esta luz resplandecen más el poder cósmico y el poder histórico de
Dios; se ve que la ira y el castigo eran limitados; a esta luz comprendemos
finalmente y cantamos en un himno cristiano “la misericordia y la fidelidad de
Dios”.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)