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Salmos diarios, Ciclo II, Año Par. Explicados
V Semana de Pascua
Lunes
Salmo 113 B
En el salmo 113 B se suplica el auxilio divino para que sea glorificado Dios
entre los pueblos, ya que, si deja abandonado a su pueblo, los gentiles creerán que
el Dios de Israel no existe. Se le pide a Yahvé la pronta y decisiva asistencia para
salir de una situación comprometida de postración nacional.
En la humillación de su pueblo está comprometida la honra del nombre de
Dios, pues a los ojos de los gentiles resulta impotente para ayudarlo y salvarlo de la
enconada hostilidad de sus enemigos. Por eso, el salmista insiste en que por la
gloria de su nombre intervenga con urgencia, y también atendiendo a su tradicional
bondad y lealtad para con Israel, tantas veces demostradas al salvarlo de las
situaciones de peligro. Dios no puede faltar a su palabra y a sus promesas de
auxilio.
Quien confía en Dios se abre a Él como un niño y en Dios deposita su vida.
Dios es fiel para plenificar una vida puesta en sus manos. ¡Qué valentía, constancia
y libertad genera una confianza así! Nosotros confiamos en el Señor, que es
nuestro auxilio y escudo.
Señor, nuestras acciones motivan la pregunta insidiosa de los hombres:
«¿Dónde está su Dios?», pero tu nombre supera toda obra humana y es digno por
sí mismo de ser glorificado. Sólo en ti confiamos, porque no eres hechura humana,
sino el Dios creador de todo y podrás confundir a través de tu Iglesia a los
incrédulos.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)