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Salmos diarios, Ciclo II, Año Par. Explicados
VI Semana de Pascua
Miércoles
Salmo 148
“Alaben al Señor en el cielo, alaben al Señor en lo alto; (…) Alaben el nombre
del Señor”.
La alabanza es el lenguaje del cielo. Aprendámoslo en la tierra para ir
ensayando la eternidad.
La alabanza es la oración que lo acepta todo. Alabemos al Señor por sus
obras sin pretender enmendarlas.
La alabanza es la oración que hace contacto. No se escapa en petición o
queja, sino que hace oración de la realidad.
La alabanza es la oración del momento presente. Ni perdón de pasado ni
preocupación de futuro.
La alabanza es la oración del grupo. El coro de voces mixtas ante el altar de
Dios.
La alabanza es oración de alegría. No puedo decir «¡Alabad al Señor!» con
cara larga.
La alabanza es oración de amor. Me alegro al cantar alabanzas, porque amo
a la persona a quien festejo.
La alabanza es obediencia. Mi estado de criatura hecho música y canto.
La alabanza es poder. Los muros de Jericó se desmoronan al sonido de las
trompetas de la liturgia en manos de sacerdotes.
La alabanza es adoración. Alabar a Dios es tratar a Dios como Dios en la
majestad de su gloria.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)