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Salmos diarios, Ciclo II, Año Par. Explicados
VII Semana de Pascua
Martes
Salmo 67, 10-11.20-21 Reyes de la tierra cantad al Señor
Dios ha sido nuestra fortaleza, nuestro poderoso protector, nuestro amparo,
nuestro auxilio. Dios jamás nos ha abandonado en nuestros sufrimientos, en
nuestras pobrezas y enfermedades. Como Padre lleno de amor por sus Hijos Él nos
ha colmado de sus favores.
Más aún, viéndonos desorientados como ovejas sin Pastor, envió a su propio
Hijo para que quienes creamos en Él, en Él tengamos el perdón de nuestros
pecados y la vida eterna. Esos bienes y esa herencia es lo que el Señor ha
preparado para los pobres, que somos nosotros. Por eso sea Él bendito ahora y por
siempre, pues nos lleva sobre sus alas para salvarnos y librarnos de la muerte.
“Nuestro Dios es un Dios que salva”. En concreto Dios – que ha obrado la
salvación por Cristo y el don del Espíritu – entrega su salvación por medio de la
predicación: por la palabra. De forma que, en concreto es la palabra la que salva. El
acontecimiento salvífico actual es la irrupción de la palabra divina que da la
salvación.
Esta palabra divina que salva es proclamada por la Iglesia, es el don de la
Iglesia, y la acción poderosa del poder salvador de Dios en Ella. Jesús es el Dios
que salva, que ama y que da vida.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)