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Salmos diarios, Ciclo II, Año Par. Explicados
VI Semana del Tiempo Ordinario
Lunes
Salmo 118
“Obedezco tus palabras… instrúyeme en tus leyes…” Este salmo es una
alabanza a la Ley y a la Palabra divina, que es manifestación del misterio de Dios y
una guía moral para la existencia del fiel. El salmista está seguro de que el Señor
escuchará a quien ha pasado la noche orando, esperando y meditando en la Palabra
divina.
“Mi ley es Cristo”, decía Pablo. Nuestra ley, nuestro mandamiento es Cristo.
Su seguimiento, nuestra norma. El Evangelio es para nosotros una interpelación
constante al seguimiento.
Los mandamientos no son más que una derivación del amor en su doble
vertiente: a Dios y al prójimo. Si amamos a Dios, a Cristo, guardaremos sus
mandamientos. Así llevaremos con honra el nombre de amigos que Cristo nos da.
Esta amistad demostrada termina, por necesidad, en la vida prometida a quien
guarda los mandamientos. El amor y cercanía de Dios al hombre es lo que
celebramos con nuestro salmo de este día.
Señor Dios nuestro, al llegar la plenitud de los tiempos enviaste a tu Hijo
para llevar la Ley a su cumplimiento; Él nos dio el mandamiento del amor.
Concédenos guardar tus leyes y cumplir tus decretos para que no deshonremos el
nombre de amigos que Cristo nos concedió. Te lo pedimos por el mismo Jesucristo
nuestro Señor.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)